🫦Capítulo 64🫦

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CONNOR

Las palabras salieron tan reales y el odio en su mirada me dijo que estaba de vuelta el jodido demonio en cuerpo de Ángel.

Ella agarró mi mano y la quitó de su cara antes de alejarse de mí. — "Para hacer la cosa más clara elijo a mi padre; lo elijo por arriba de ti y por arriba de todo el mundo".  

Maldición, sus palabras eran peor que una tortura; he tenido enemigo más compasivo. Pero Ángela sin duda era la mujer más despiadada del mundo.  

—"No lo acepto, jamás lo aceptaré".  

Me intento acercar a ella nuevamente, pero ella saca una pistola de entre sus senos y apunta hacia mí.  

—"Demonio, no escucha lo que sale de mi boca, no te me acerque, no quiero nada contigo".  

Cuándo doy un paso más, ella coloca el silenciador a la pistola, mirándome con un odio que no podía creer que existía entre esos ojos hermosos que tenía.  

No sé por qué demonio sacó esos ojos del color del cielo, si es el mismo demonio.   

—"Mátame, vamos, acaba con esto".  

Pero ella me sonrió—"No te voy a matar".  

No entendía a qué se refería con eso, pero mi corazón empezó a acelerarse cuando miré que ella colocó la pistola apuntando a su cabeza.  

—"Me mataré yo misma, si no te alejas de mí".  

—"¿Qué demonio hace? Baja esa pistola ahora".  

Pero la bajo solo para quitarle el seguro antes de colocarla nuevamente en su cabeza con su dedo en el gatillo.  

Esta mujer no pensaba en lo que estaba haciendo; joder, si su dedo se aprieta más, puede matarse. Esa sería la peor tortura: ver a la persona que ama quitarse la vida frente a sus ojos.  

No lo iba a permitir. Me alejé de ella, cuando tuve a una distancia prudente la mire. —"Baja la pistola".  

Ella la bajo y me miro. —"Escucha en esa cabecita tan inteligente que tiene para alguna cosa y tan estúpido para otra". — Apuntó la pistola hacia mí. — "Antes de traicionar a mi padre prefiero matarme o matarte con mi propia mano; los Crane nunca traicionan a su gente y yo no soy una puta traicionera".  

Se acercó hasta mí antes de poner la pistola en mi cabeza. —"Y si te atreve, aunque sea a quitarle una hebra de cabello a mi futuro esposo, te mato sin ni siquiera pensarlo".  

Sus ojos decían que estaba diciendo la verdad; estaba defendiendo a un hombre que ni siquiera lo conocía, y a mí que me conocía estaba echándome a bajo por todo.  

—"Qué sea muy feliz, Ángela, te deseo todo lo mejor en la vida".

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora