🫦Capítulo 75🫦

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ÁNGELA

Cuando me desperté no tenía idea de dónde estaba, pero estaba amarrada a una cama. Por Dios, Connor de nuevo me secuestró.

¿Qué voy a hacer con ese cabrón? Matarlo, ya lo estaba pensando. Ya había roto el récord de cuántas veces se puede secuestrar a una persona.

La puerta se abrió; me giré hacia ella. —"¡Juro que te mataré, maldito cabrón!".

Pero cuando la puerta se abrió por completo, no fue Connor quien entró. Miré hacia arriba y me topé con los ojos de Donato.

—"Qué bueno que despiertas".

No entendía qué estaba haciendo en la casa de Donato. Recuerdo que estaba en la casa de mi padre, a punto de pelear con Connor.

—"¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi padre?".

—"Está aquí porque vamos a atrapar al asesino de mi hijo, tu padre está grave en el hospital. Escuché que Connor casi lo mató ayer."

No podía creerlo, mi padre casi muerto por la mano de Connor.

—"¿Qué quieres de mí? Puede atrapar a los Tynes sin necesidad de que estés aquí."

Él cerró la puerta y se acercó a mí antes de sentarse en la cama.

—"Sabe, estuve pensando: ¿por qué un hombre mataría a mi hijo si no lo conocía?". — Me miró a los ojos. —"Te dejo viva y mato a mi hijo porque está enamorado de ti. Estuve pensando qué demonios tienes para que alguien que no sea tu familia mate por ti". — Él agarró la sábana de mi cuerpo antes de quitarla, dejándome en ropa interior. —"Pero mírate, por ese cuerpo hasta yo mataría por tenerlo".

No sabía por qué estaba en ropa interior. Miré su mano subir por mi muslo, casi hasta llegar a mi ropa interior.

—"¿Qué haces? Quítame tu asquerosa mano".

—"¿Qué pasa? ¿No quieres divertirte?".

—"Me casé con tu hijo, por Dios".

—"Nunca fuiste su mujer en la cama".

Empezó a besar mi cuerpo. Intenté moverme, pero estaba amarrada a la puta cama.

—"Sí, me acosté con él."

Donato levantó la cabeza. —"Mentirosa, conté los minutos y no pasaron ni diez cuando te sacaron por la puerta."

—"De camino en la limosina, ahora mismo podría estar embarazada de tu hijo".

Él se alejó de mí. — "Juro que si miente, no voy a cumplir mi promesa".

—"¿Qué promesa?".

Dios, ¿por qué demonios no podía entender nada de lo que estaba pasando? Todavía no entendía cómo llegué a las manos de Donato y de qué promesa estaba hablando.

—"Si sale embarazada de mi hijo". — Él coloca su asquerosa mano en mi vientre.—"No verá el sol hasta que traiga a mi nieto aquí". —Quitó su mano de mi vientre y la colocó en mi barbilla.—"Y espero que sea un niño".

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora