ÁNGELA
Cuando me desperté, miré alrededor, todo daba vuelta, mi garganta estaba seca, todavía seguía sedada.
Cuando por fin pude ver con claridad, estaba en un sótano amarrada a una silla. Intente moverme, pero no podía, estaba pegada a la jodida silla.
La puerta se abrió y mis ojos se cerraron. Necesitaba que pensara que estaba dormida, así me daría más tiempo para descubrir lo que estaba pasando. Agradecí cada una de las lecciones que mi padre me dio en situaciones como esta.
Escuché el ruido de una silla, luego una voz. —"Tráigame un vaso de agua".— La reconocí; su voz era igual que la del hombre que bailó conmigo. Pero esta voz se escuchaba más poderosa. Escuché cómo nuevamente la puerta se cerró, pero unos pasos me dijeron que no estaba sola.
Alguien se acercó a mí y me quitó el cabello de la cara, su mano se quedó en mi mejilla, sentí cómo me acariciaba la mejilla, luego otra mano agarró la otra parte de mi cara antes de enderezarme.
—"Despierta".— Escuché a alguien hablar, no respondí, seguí controlando mi respiración para que siguiera pensando que estaba sedada.
—"Preciosa".— Volví a escucharlo, pero luego sentí su aliento en mi cara. —"Vamos, preciosa". — Seguí sin reaccionar. —"Sé que está despierta, no me haga despertarte".
Su agarre en mi cara apretó un poco y luego sentí cómo subía mi cara más. Si antes podía sentir su aliento en mi cara, ahora lo sentía en mis labios.
Abrí mis ojos de par en par. —"¿Qué demonio haces?"— dije mirando hacia arriba, me topé con unos ojos verdes y una sonrisa en su cara de triunfo.
—"Despertándote".— habla soltando su agarre de mi cara. — Lo miré, su cara se veía mejor sin antifaz, sus ojos resaltaban tanto como cada parte de su cara, mentiría si dijera que no era guapo.
Él se alejó de mí, luego agarró una silla y la colocó enfrente de mí, tomando a siento a centímetros de mí.
—"Te encuentras bien"— pregunta. No respondí, necesitaba agua para mojar mi garganta antes de decir cualquier cosa.
La puerta volvió a abrirse y esta vez un hombre entró con una jarra de agua en la mano, se la pasó al extraño y luego se retiró. Él sirvió agua en un vaso antes de inclinarlo hacia mi boca. Volteó la cara, no esperaba que tomara de esa agua.
—"No te preocupes, no te envenenaré. Si te hubiera querido muerta ya lo estuviera". — pero aun así sus palabras no me convencían. Miré cómo llevó el vaso a los labios antes de beber la mitad del agua. Luego lo volvió a colocar en mi boca. —"Tienes que tomarla después del sedante, está muy deshidratada".—Tomé el agua y sentí cómo la energía volvió a mi cuerpo.
Luego colocó la jarra en una mesa y se sentó nuevamente en la silla. —"Emily o debería decir Ángela". — Sabía quién era.
—"Y tú en realidad te llamas Ian o Connor".
—"Esa respuesta ya debe saberla".
Acercó la silla más a mí y ahora sentía su rodilla rozar con la mía.
—"¿Por qué no me has matado?" — Sabía que lo iba a hacer tarde o temprano porque mi padre es su mayor enemigo.
—"Te necesito viva para acabar con tu padre"
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Un Romance Mafioso © {1}
ActionÁngela Crane Él es el enemigo, mi debe como princesa de la mafia es matarlo, pero cuando Connor Tynes empieza a aparecer en cada lugar donde estoy, la cosa comienza a ponerse un poco caliente. ¿Soy una traidora por acostarme con el enemigo? Connor T...