CONNOR
Al mediodía estaba en el restaurante Grand Café esperando a Ángela que llegara. Estaba listo para ir a su casa si era necesario, si no aparecía.
No esperé tanto cuando se acercó a mí sin sus secuaces; era inteligente; sabía que no podían vernos.
Cuando llegó a mí, le sonreí, pero mi risa desapareció cuando sus ojos me fulminaron. —"¿Qué pasa?". —Preguntó.
—"Cómo te atreve tu pedazo de cabrón a instalarme a mí un microchip con micrófono". — No tenía idea de cómo descubrió eso, pero cuando tiró el teléfono en la mesa, la carpeta estaba abierta; no sabía cómo pudo entrar a mi teléfono.
—"Siéntate y hablemos".
—"Crees que voy a hablar con un maldito mentiroso como tú, Joder, por eso me secuestraste verdad para tener la ubicación de mi casa y matar a mi padre. Pero claro, no lo iba a matar antes de follarte a su hija". — Todo lo que estaba diciendo era lo contrario; ese microchip lo instalé para saber dónde estaba ella todo el tiempo y me la follé porque llevo un jodido año enamorado de ella como un tonto.
—"Toma asiento".
Se acercó a mí y subió un dedo amenazador apuntándolo hacia mí. —"Escúchame muy bien, maldito, lo que pasó, borralo de tu cabecita". — Su dedo tocaron mi frente dando golpecito. —"Bórralo de tu sistema porque jamás se va a repetir y antes de que te atreva a matar a mi padre te mato yo misma con mi propia mano".
Agarré su mano jalándola hacia mí; calló arriba de mi cuerpo. Coloqué mis dos manos en su cintura y la subí a mi regazo.
—"Qué crees que está haciendo, imbecil, estamos en un restaurante y la gente está viendo".
—"Me importa una mierda la gente". Agarré su cabello con una mano antes de enderezar su cabeza para que me viera a los ojos. —"Eres mía, me pertenece, te guste o no, y te seguiré follando, te guste o no, y si tengo que trasladar mi mafia a Moscú lo haré para seguir haciéndote mía toda la noche".
—"¡Suéltame!".— Empezó a moverse, pero apreté mi otra mano en su cintura más fuerte. — "Pedazo de mierda, ¿por qué demonio hace esto?".
No respondí y acerqué su cara a la mía antes de chocar mis labios con lo de ella; no respondió. Pero apreté su cabello en forma amenazadora mientras la acercaba más a mi boca. Cuando respondió al beso, gimió contra mi boca, haciendo que mi pene se endureciera al instante.
La mano que tenía en su cadera empezó a subir por su blusa, pero ella se despegó de mí. —"Estamos en un restaurante y yo todavía no he terminado de hablar contigo".
Mire alrededor y todos los ojos estaban en nosotros; deje que se bajara de mi regazo.
—"Donde me pusiste el microchip".
—"No te lo diré". — Claro que no se lo iba a decir.
—"Sabe que hay máquina para saber dónde está".
Me paré de la silla; sabía que mi pene estaba duro, que podían verlo, pero no me importaba eso; me acerqué hasta ella.
—"Si fueras tú no lo intentaría".
—"Quieres apostar, lo voy a averiguar y me sacaré tu porquería de aparato de mi cuerpo".
—"Déjame comentarte una cosa muy pequeña". — Me inclino hasta su oído. —"Ese microchip no solo está en tu cuerpo; está enterrado dentro de tu carne; si intenta sacarlo tendrá que mocharte una parte importante de tu cuerpo". — Me incliné hacia atrás para verla y levanté mi mano hasta sus senos. —"Y no vas a querer perder una de esta hermosura".
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Un Romance Mafioso © {1}
ActionÁngela Crane Él es el enemigo, mi debe como princesa de la mafia es matarlo, pero cuando Connor Tynes empieza a aparecer en cada lugar donde estoy, la cosa comienza a ponerse un poco caliente. ¿Soy una traidora por acostarme con el enemigo? Connor T...