🫦Capítulo 33🫦

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CONNOR

Estaba luchando con regresar y cuidarla, pero me controlé porque la iba a ver mañana. Si sabía lo que le convenía, me iba a ver.

Conduje hasta un hotel que reservé para quedarme, no sabía cuántos días aunque no tenía planes de quedarme más de 3 días.

Entré a la habitación y me duché. — Fui a la cama pero no podía dormir. Busque mi teléfono, pero maldije cuando no lo tenía, seguro se cayó en la habitación de Ángela o en su casa.

Corrí a buscar la laptop que llevaba conmigo para el negocio de los diamantes. Busque la ubicación de mi teléfono y efectivamente estaba en la casa de los Crane. Busque el microchip de Ángela.

Escuché que el médico le estaba dando intrusión. Cuando escuché que por fin estaba sola, tomé el teléfono del hotel y llamé . Luego de unos segundos respondió.

—"Hola".

—"Guarda mi teléfono, llévalo mañana al Gran Café"

Luego de colgar me acosté. Pero mi mente estaba en otra parte. «Maldición, acabo de follarla y ya quiero volver a hacerlo». Un jodido año imaginándola en diferentes poses y, por fin, que la tenía, no iba a parar.

¿Cómo podría parar si su cuerpo temblado contra mí, si su pupila dilatada viéndome con deseo sigue rodando mi mente? Si el viejo de su padre no hubiera aparecido, la hubiera seguido follando; la gana que le tengo no se me quitará nunca.

Perdí la puta cabeza, la perdí en el momento en que la vi hace un año entrado del brazo de su padre a la misma fiesta que donde la secuestré. No sabía que era su hija, creí que era su mujer. Pero cuando me acerqué, lo escuché llamar a su hija y supe que era su hija.

Sé que hice mal en hacer que me aguantara cuando no podía, pero maldición, cuando entre en ella perdí la cabeza, la gana nublaron todo mi pensamiento. Cuando gimió en mi boca fue lo último que hizo que mi autocontrol se fuera.

Así que la follé en cuatro reclamándola, necesitaba escuchar su gemido, aunque si no hubiera hecho eso, su padre no había ido a su habitación y todavía ahora la seguiría follando, pero el grito que salió de su boca hizo que valiera la pena. Sus gemidos fueron por mí y así quería que fueran.

Si antes estaba obsesionado, ahora que la probé no la iba a soltar y no dejaré que nadie se le acerque, así tenga que matar a todos los hombres del mundo.

«Porque Ángela es mía, aunque tenga que volverla a secuestrar para confirmárselo»

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora