Un Romance Mafioso © {1}

🫦Capítulo 39🫦

ÁNGELA

Ya no sabía qué nombre ponerle a Connor porque, loco, definitivamente le quedaba pequeño. Este hombre era el mismo diablo. Miro cómo dispara al chico con el que iba a estar.

—"Maldición, eres un completo imbécil".

Se voltea hacia mí. — "Te dije que eras mía y lo mío nadie lo toca".

—"No soy tuya y no seré de nadie".

Empecé a caminar, pero él se colocó en mi camino. — "¿Adónde crees que vas?".

—"A buscar a otro para que me folle, ya que acaba de matar al que iba a hacerlo".

Su mano se colocó en mi cuello antes de caminar y chocarme contra la pared. — "Si tanto quieres que te follen, entonces vamos a follarte".

Tiró la pistola al suelo y empezó a subir mi vestido. — "No quiero que me folles tú, quiero que me folles otro".

Apretó más su mano en mi cuello. — "No te gustó".

—"Quiero a alguien que me folles porque tú no lo hiciste bien".—Sabía que mis palabras lo iban a molestar, pero no me importaba: tenía que entender a este psicópata que yo no era de él.

—"Entonces, no te folles bien".

—"Si lo hubiera hecho, no estaría buscando otro".— Le sonreí con malicia.

Su otra mano levantó mi vestido hasta mi cintura; solo llevaba una tanga; no tenía sostén.

—"Pues vamos a mejorar eso".

Quitó su mano de mi cuello y empezó a subirme el vestido con ambas manos, dejándome solo en tanga.

—"Maldición, Connor, que piensa tomarme en una habitación que acaba de matar alguien".

—"Te quiero follar ahora; si tengo que hacerlo arriba de un muerto, lo haré".—Y sin previo aviso rompe mi tanga; miro cómo baja sus pantalones.

—"No voy a follar contigo, no escuchaste maldito".

Pero claro que no me escuchó porque giró mi cuerpo haciendo que mi cara estuviera ahora hacia la pared. Separo mis piernas—"Que se te quede grabado en esa cabecita tan hermosa que tienes que eres mía". — Sentí su pene rosándome mi entrada. —"Mía". — Y así entró de golpe dentro de mí haciendo que gimiera.

Me agarró del cabello antes de empezar a moverse como un puro loco frenético. Callé mi gemido para no darle el gusto de que me estaba gustando.

—"Puede callar lo que quiera, pero tu cuerpo no miente". — Me inclino hacia atrás. —"Si tu vagina está ahogando mi pene con tu humedad".

Sus palabras fueron directo a mi centro, haciendo que mi interior se apretara contra su pene. Lo escuché gemir. — "Sigue apretando mi pene, porque es el único que te follará".

Sin previo aviso sale de mí y me gira hacia él.— Estaba a punto de quejarme, pero él me tomó de la cintura y me levantó, haciendo que envolviera mi pierna a su alrededor.

—"Te quiero seguí follando mientras miro tu cara, a ver si tus ojos se atreven a mentir".— Y así, sin previo aviso, me baja haciendo que su pene entre dentro de mí de golpe.