🫦Capítulo 20🫦

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CONNOR

Estaba en mi despacho escuchando del otro lado a Ángela dispararle al único hombre al que hice que se vendiera para que me mantuviera informado de ella.

Pero ahora ya no hacía falta, podía saber dónde estaba, escucharla sin que ella se diera cuenta.

Cuando la secuestré y estuvo inconsciente, le coloqué un microchip con un mini micrófono en una parte del cuerpo de ella. Nunca sospecharía por qué fue una jodida operación que no dejó ni rastro de que fue tocada.

Si estoy jodidamente obsesionado con ella, hace un año mi plan era torturarla hasta que su padre apareciera, pero es un jodido demonio con belleza de ángel, sin mencionar el hermoso cuerpo que tiene típico de la princesa de Rusia.

No al hombre que se resista a su belleza, tiene a sus pies a quien quiera. Joder, me tiene a mi loco por tenerla.

—"Estoy tan orgulloso de ti, toda digna de una Crane". — Escuché al estúpido de su padre. Estaba escuchando todo por mi laptop.

Sin duda iba a matar a su padre; él mató al mío cuando a pena iba creciendo. No estaba listo para tomar el mando, pero tuve que estarlo para seguir con el legado de los Tynes.

—"Voy a salir esta noche, mi amigo Cristian cumple años". — Escuché lo que decía. ¿Cómo, diablo, pensaba salir si apena ayer estaba a punto de morir? Es que a esta mujer no le importa su vida.

—"Ángela necesita descansar, tu operación es demasiado reciente como para empezar a salir".—Por fin en algo estaba de acuerdo con su padre.

—"Solo es una herida, no excusa para no salir, además merezco un escape luego de ser secuestrada y casi muero".

—"Bien, pero te acompañarán mis hombres, no quiero que pase otro accidente".— Su padre se estaba preocupando de mí, pero no había motivo por no iba a tocarla hasta que se recuperara.

La noche llegó rápido y luego de atender algunos negocios volví al despacho. Necesitaba revisar algunos papeles.

Tomé asiento sirviéndome un vaso de tequila. Prendí la laptop para escuchar qué estaba haciendo Ángela. Luego de que aceptó la condición de su padre, me fui y no volví a escucharla.

Escuché la música, teníamos una hora de diferencia. Tomé los papeles y empecé a revisarlos, tenía algunos negocios que atender.

—"Y dime López qué regalo quiere de cumpleaños".— La escucho decir a través de la música.

—"Quizá que por fin me dé la oportunidad de tener algo contigo".— Miré la laptop con enojo por la respuesta del supuesto amigo.

—"Bueno, eso es complicado, pero quizá un beso no sería mala idea".— Su respuesta hizo que me levantara de mi asiento.

«Maldición, voy a matar a ese pedazo de mierda»

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora