🫦Capítulo 80🫦

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WALTER

Sabía que todo esto era culpa mía. ¿En qué demonios estaba pensando cuando le di a mi hija a Donato?

Los celos de padre me cegaron; tenía miedo de perder a mi única hija y aquí estaba, a punto de perderla por mi culpa.

Le había dicho a Connor que me matara; yo sabía que la culpa no iba a dejarme vivir en paz.

—"Ella estará bien, no hay necesidad de eso".

Lo miró. El hombre que quería matarme hoy se estaba negando a eso; no podía negar que él amaba a mi hija. Me perdonó a mí, yo que maté a su padre solo para salvar a mi hija.

—"Ella se pondrá bien, mi hija es una guerrera".

—"Claro que sí, no puede morir".

Esperamos alrededor de una hora y nadie salía a decirnos qué diablos estaba pasando.

—"Si no viene a informarnos, juro que yo mismo voy a entrar".

Me giré hacia Connor. —"Y yo te apoyaré, odio cuando hacen esto en el hospital".

Cuando nos estábamos preparando para ir a la habitación por donde se habían llevado a Ángela, un doctor salió.

—"Familiares de Ángela Crane".

Me acerqué. —"Nosotros, soy su padre".

—"Y yo su esposo, díganos cómo está".

—"Ella se encuentra fuera de peligro".

—"¿Y mi hijo, cómo está?".

—"Lo siento mucho, pero la Srta. Ángela, tuvo un aborto".


CONNOR

Estaba mirando al médico como si no creyera lo que me estaba diciendo.

—"¿Qué diablo está diciendo?".

—"A la señorita le mataron al niño en su vientre".

Estaba a punto de sacar mi pistola y meterle un tiro al doctor, pero Walter me dio una palmada en el hombro, tranquilizándome.

—"¿Cómo fue?".

—"Pensé que su hija había sido violada, pero solo fue un aborto. Su hija tomó la píldora abortiva; no solo fue una, fueron tres".

Mi hijo muerto sin ni siquiera conocerlo. Me imaginé que la obligaron a tomarse la pastilla, Ángela no hubiera hecho eso.

—"¿Podemos verla?".

—"Solo una persona, y le recomiendo no decirle nada por ahora hasta que esté bien".

Walter me miró. —"Ve tú".

Seguí al doctor hasta una habitación. Cuando entré, Ángela estaba acostada en una cama. Rápidamente me acerqué a ella.

Ella abrió los ojos y me miró. —"Tú sí me vas a decir qué le pasó a mi hijo".

—"Lo importante es que está bien".

Me acerqué a darle un beso en la frente, conteniendo la lágrima.

—"Entonces, nuestro hijo está vivo. Creí que no, cuando Donato me obligó a tomarme esa pastilla". —Ella se levantó de golpe. —"Donato, ¿dónde está?".

—"Tranquila, amor, está a salvo".

Ella sonrió y cerró los ojos. —"Por favor, cuida a tu hijo, no deje que Donato se nos acerque".

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora