🫦Capítulo 70🫦

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ÁNGELA

Sabía que esta no era la decisión correcta, pero tenía que hacerlo. Aquí estaba casada con Saúl Castillo.

Cuando la celebración empezó, muchos vinieron a felicitarme.

Cuando era la hora del brindis, mi padre se levantó.

—"Quiero hacer un brindis por mi hija". — Levanta su copa. — "Cariño, espero que seas muy feliz con tu nuevo esposo. También espero que me des muchos nietos". — Vuelve a levantar la copa. —"Salud".

Cuando la fiesta por fin finalizó, Donato se acercó a nosotros. —"Quiero darle mi regalo". — Saca una llave de su bolsillo. — "Le compré una casa en Moscú para que vivan ahí mientras decidan dónde quieren vivir".

Saúl toma la llave. —"Muchas gracias, padre".

—"Muchas gracias".

Un chofer nos llevó hasta la casa que Donato había comprado. Saúl me llevó de los brazos hasta la habitación.

—"No sabes lo feliz que estoy porque eres mi esposa". Él me agarra la cara antes de darme un beso en la frente. —"No soy romántico, nunca he tenido nada serio, pero prometo que haré todo para que seas feliz".

Estaba a punto de responderle cuando unos aplausos vinieron desde la puerta de la habitación.

—"Qué lindo". — Era Connor entrando por la puerta. Saúl se giró hacia él. — "Por favor, continúa, haz creer que no estoy aquí".

Saúl me mira antes de volver a mirar a Connor. — "¿Quién demonios eres y qué haces aquí?"

—"El único hombre en la vida de la mujer que hoy llamas tu esposa". — Él se acerca hasta estar frente a Saúl y a mí. — "Y estoy aquí para matarte".

Saúl me mira. —"Esto es un tipo de broma".

—¿Me ves cara de payaso imbécil? Vine aquí a recuperar a mi mujer, porque es mía y mientras viva seguirá siendo mía".

Miré cómo Connor sacó la pistola y le puso el silenciador.

—"Te dije que no hicieras nada".

Pero el gran estúpido me ignoró y le colocó la pistola en la cabeza a Saúl. El pobre todavía no sabía lo que estaba pasando.

—"Maldición, no lo hagas".

Connor me miró. —"Agradece que te dejé casarte con él aun sabiendo que lleva a mi hijo".

Por Dios, lo sabía. Creí que no. Pensé que estaba en Samara, olvidándose de mí, pero no estaba aquí. No tenía idea de cómo descubrió la dirección si apenas habíamos llegado.

Connor mira a Saúl. —"Lástima, chico, te metiste con la única mujer que está prohibida para todo el mundo porque ya tiene dueño".

—"No eres mi dueño".

Pero volvió a ignorarme. Escuché cómo le quitó el seguro a la pistola; luego me tomó del brazo, poniéndome detrás de él.

—"No te preocupes, me la voy a follar por ti".—Y diciendo sus últimas palabras, le dispara entre la frente a Saúl.

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora