🫦Capítulo 44🫦

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ÁNGELA

«Estúpida» Era una gran estúpida, de nuevo caí rendida en los brazos de Connor, salí del hotel e informé a mis secuaces que se encargará del problema.

Me subí al carro sin ni siquiera mirar de nuevo hacia el hotel.

Cuando llegamos a la casa fui directo a mi habitación. No duré mucho porque mi padre me tocó la habitación.

Fui y abrí la puerta. — "Qué pasó? Mis hombres me informaron de lo sucedido en el hotel".

—"El estúpido se quiso pasar de listo conmigo, tocó más de lo que le di".

—"Está bien, no te hizo nada".

—"Sabe que sé defenderme".

Luego de que se fue, me tiré en la cama sin quitarme la ropa, estaba demasiado cansada para eso.

La mañana siguiente, prácticamente duré media hora tapándome la marca que Connor dejó en mi cuello.

Baje a la cocina para encontrarme con Sofía. Ella colocó un plato frente a mí.— "¿Cómo te fue anoche?".

—"Nada bien, terminé matando a un estúpido porque quiso pasarse conmigo".

—"Los hombres siempre creyéndose superiores".

—"No tienes idea".

Empecé a comer y alrededor de unos minutos uno de los hombres de mi padre entró en la cocina.

—"Srta. Crane, su padre la espera en el despacho".

«Se enteró de que me acosté con Connor». Dios tenía que parar esto, no podía empezar a asustarme cada vez que mi padre me llamara.

Fui a su despacho y él estaba sentado. Me acerqué y me senté frente a él.

—"¿Qué pasa?".

—"Tengo un nuevo encargó, necesito que le saque información a Álvaro Vázquez de dónde está ubicada la pandilla Mendoza que está queriendo adueñarse de uno de mi socio".

—"¿Dónde está ubicado?"

—"Estará esta noche en Space Moscow". — Esa era una discoteca muy buena de Rusia.

—"Entonces solo le saco la información o después lo mato".

—"Después de la información, hazlo que quiera con él, solo traerme la información".

Cuando la noche calló, tomé uno de mis vestidos más sexy tenía que usar mi arma más mortal para seducir al imbécil.

Cuando llegué a la discoteca Space Moscow, entré y tomé asiento. Tomé mi teléfono para ver la foto del tipo que era un viejo, sabía que era más fácil que quitarle un dulce a un niño.

Miré en busca de su cara cuando lo vi sentado con dos mujeres al lado y sus hombres alrededor. Era un líder de una pandilla y se creía el gran rey de Rusia.

«Vamos, es hora de que empiece la diversión».

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora