🫦Capítulo 53🫦

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ÁNGELA

Mire a Connor salir de la habitación, dejándome amarrada como una completa tonta.  

«Juro que me la vas a pagar»

No sabía cuánta hora había pasado, pero nadie iba a verme. Sabía que Connor ordenó eso; él sabía de lo que era capaz si dejaba a alguien entrar.  

Estaba que no sentía mis manos; cuando iba a dormir para que el tiempo pasara rápido, la puerta se abrió, entrando Connor de nuevo a la habitación.  

—"Maldición hasta que por fin regresa".  

Él se acerca con una sonrisa. — "Eso quieres decir que me extrañaste".  

—"¡Pedazo de mierda, suéltame!".  

—"Si lo pide más amable, pueda que lo considere".  

—"Suéltame por favor, no siento mis manos". — Podía ser todo para que me soltara. Amarrada no podía hacer nada. 

Cuando por fin me desamarró, agarró mi muñeca y empezó a tocarla. Estaban rojas por el tiempo, amarradas.  

—"¡No te atreva a tocarme!".—Jale mi mano de él; no pensaba que le iba a pasar por gracias lo que hizo.  

—"Toma". — Él me pasa mi teléfono. — "Dile a tu padre que tú escápate de nuevo y que vas de regreso".  

Lo mire sin creerle. —"Cuál es el truco, no soy estupida". — Por qué demonio me iba a dejar ir ahora así por así.  

—"Hay ropa en el armario tuya, cámbiate; uno de mi hombre te llevará a Moscú".  

Él se levantó de la cama; hice lo mismo y antes de que pudiera alejarse corrí y me puse en medio.  

—"¿Por qué hace esto?". — Maldición, sabía que había algo detrás. Lo sabía.  

—"Eres libre, Ángela, puedes irte, no te tendré en contra de tu voluntad aquí".  

—"No soy estupida; Connor sé que planea algo y lo voy a descubrir".    

Me duché y me alisté. Un hombre me llevó hasta Moscú. No vi a Connor más desde que salió de la habitación.  

Llegué a Moscú de noche, le escribí a mi padre y él me había informado que cambio de casa por un tiempo. Supuse que fue por mi secuestro; no era seguro quedarse en el mismo lugar.  

Me tomó media hora llegar a la nueva casa; cuando llegué, mi padre me recibió.  

—"Me alegro mucho que esté a salvo, cariño".  

—"Sabe que siempre lo estaré".  

Pero en unos segundos, disparos se escucharon; mire a mi padre, quien estaba ya sacando su pistola.  

Axel entró corriendo por la puerta. — "¡Son los Tynes, no están atacando los Tynes!".  

Mire a mi padre quien me mira. — "¡Maldición, te siguieron!". — Sabia que esa no fue la razón.  

Entonces todo me llegó de golpe. Me liberé para saber la ubicación de la nueva casa. Sabía que si regresaba a la casa él tendría la ubicación de mi padre.

«Me uso como una puta carnada»

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora