🫦Capítulo 2🫦

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ÁNGELA

Tomamos asiento en una de las filas de atrás. Esto era como una pasarela donde los mafiosos invierten dinero para ocultar su dinero sucio.

Cuando me senté, Walter se sentó cerca de mí . En la fila última estaban sus hombres. Él siempre dice que es mejor tomar el asiento donde podamos ver todo alrededor, porque en las filas de adelante no sabemos si el enemigo está sentado atrás. No puedo negarlo, mi padre es un jodido genio en esto de la mafia, pero así como es de bueno en eso, es un hombre despiadado, en algunas cosas que nos parecemos.

Él me hizo una copia exacta de él pero yo sería incapaz de matar niños, pero él dice que si lo deja vivo cuando crezcan será un enemigo más. Obvio que tiene razón si te mataran a tus padres. Tu mayor deseo es acabar con ese hombre que te quitó a la persona que amabas, pero no sigo su ejemplo. Los niños son alma inocente que no tienen la culpa de donde nacen.

Por otro lado, mujeres y hombres, no me importa, mírame, soy una mujer y soy una sin corazón. Mi pasatiempo favorito es matar. ¿Quién podría asegurarme que esas mujeres no eran como yo? No me iba a quedar con las dudas.

Cuando la pasarela empezó las mujeres con vestidos de la marca Luis Vuitton salieron a modelar.

—"Sabe que si te gusta cualquier ropa, puede solo señalarla y la tendrá".— Me susurra mi padre al oído.

La ventaja de ser una princesa de la mafia. Tenía que usar lo más caro.—"Lo sé, hasta ahora no me ha gustado y algunos ya lo tengo en mi closet".

Luego de unos minutos, alguien se nos acercó con una bandeja de bebida, y mi padre lo miró de arriba abajo antes de subir la mano y tronar los dedos. Enseguida, uno de sus hombres llegó frente a él.

—"Llévate este gusano de mi vista ahora".— Le ordena mi padre.

El hombre casi saca a empujones al camarero. Pensaría que es malo que el pobre solo le esté sirviendo una bebida, pero mi padre siempre dice que no debemos tomar nada de lo que se nos sirven y más si es una fiesta donde los enemigos están en el asecho. Podría tener veneno o algún sedante.

Las chicas de la pasarela empezaron a salir con traje de baño, hubo como dos que me llamaron la atención. Mi padre mandó a uno de sus hombres para que me trajeran.

Cuando la pasarela terminó, todos nos dirigimos al gran salón; en medio tenía una pista de baile; mi padre nunca me soltó del brazo.

Un chico se acercó y mi padre miró cada movimiento hasta que estuvo frente a nosotros.

—"Podía permitirme bailar con su acompañante".— dice el extraño, lo miro bien, llevaba un traje negro por cómo se veía, sabía que era caro, entendí que seguro pertenecía a una mafia.

—"No".— Le responde mi padre.

El hombre levantó la mirada y cuando sus ojos toparon con los míos, casi me sobresaltó. Era el jodido chico que nos recibió al entrar. Sus ojos verdes eran difíciles de olvidar, pues estaban llenos de odio.

Pero ahora no llevaba ropa de baja categoría, llevaba un jodido traje negro que vale miles de euros. Sus ojos bajaron por mi cuerpo y otra sonrisa apareció en sus labios.

—"Pero, ¿qué tal si la dama quiere bailar?".—Él habla volviendo a mirar a mi padre.

Antes de que mi padre hablara o hiciera algo, lo detuve. —"Vamos, después de todo es solo un baile". — Mi padre me miró y luego soltó mis brazos, se inclinó hasta mi oído. —"No vuelva a desobedecerme".

Luego se separó de mi oído y le entregó mi brazo al extraño. —"Tan pronto como la música llegue a su fin, tráérmela o lo lamentará".

El extraño tomó mi mano antes de darle una aceptación a mi padre con la cabeza, luego me miró.

—"Vamos, красивый".— Sus últimas palabras fueron en ruso. Tenía una pronunciación buena. «Hermosa» era la traducción de sus palabras.

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora