CONNOR
No sé qué estoy haciendo, pero cuando mire que estaba entre la vida y la muerte, necesitaba verla, necesita saber que estaba bien. Irónico es la hija de mi mayor enemigo y estoy enamorado como un tonto de su hija.
La conozco desde hace un año, desde entonces la mantuve vigilada. Pero era difícil ya que el cabrón de su padre no la dejaba sola.
Tuve que planear una puta balacera para poder tenerla, pero la muy inteligente escapó matando a uno de mis hombres. Cuando llegué a la casa y no la vi, me llené tanto de enojo que maté a tres de mis hombres por estúpidos que eran.
Cuando escuché al médico decir que había una gran posibilidad de que muriera. Me sentí culpable, yo fui quien mandó a esos hombres. Eran una pandilla enemiga de su padre, solo le facilité la información si me entregaban vivo a Walter. Pero lo que nunca me imaginé era que iba a llevar a su hija con él.
Cuando lo supe intenté negociar con la pandilla, pero su sed de sangre no lo hizo retratarse. Escuché todo lo que había pasado, joder, incluso lo miré.
Si estuve ahí viendo cómo se defendía, viendo cómo corría en medio de una puta balacera para ayudar a su padre. Cuando la vi caer al suelo luego de ese disparo, casi salí corriendo hacia ella pero me controlé. No tenía hombre para pelear contra lo de su padre.
Horas antes de la operación
Llegué al hospital, no fue difícil cubrirme para que ninguno de los hombres de Walter me viera. Cuando el médico la llevó a la sala de operaciones, necesitaba estar ahí viendo que todo saldría bien.
Entre a la sala cuando la estaban operando, todos se giraron hacia mí.
—"Tiene que salir de aquí".—escuché a un doctor decir.
Pero saqué mi pistola y apunté a todo ello. —"No me iré"— Todos levantaron la mano. —"Sálvela o ninguno sale vivo de esta sala".
Me quedé ahí agarrando su mano hasta que el médico sacó la bala, su pulso bajaba cada vez más.
—"Tienes que vivir, me escucha".— Susurraba en su oído esperando que me escuchara. Siempre mantuve mi pistola en la mano.
—"La estamos perdiendo".— grita un doctor.
Levanté mi cabeza y miré su pulso; era demasiado débil.
—"Doctor, tenemos que hacer algo ahora o se muere".— gritó una enfermera.
—"Que esperan sálvela".— dije nuevamente apuntando hacia ello.
—"Perdió mucha sangre, le dije a su padre que era una cirugía complicada".
—"Me importa una mierda lo que dijo, solo sálvela".
—"Necesitamos una bolsa de sangre". — Lo escuché decir.
—"No, yo le daré de la mía".
—"Señor, no podemos hacer eso, tenemos que hacerle análisis para comprobar si es la misma o si tiene algunas enfermedades".— dice el doctor inútil.
—"Ella es O+ tengo la misma sangre que ella y estoy limpio, no fumo, mi sangre está limpia". — Me acerco a él. — "Le pasará sangre de la mía, me escucha".
—"Si, señor".
La enfermera empezó a sacarme sangre, luego se la colocaron a ella, pero no reaccionaba.
—"¿Por qué diablo no mejora su pulso?" — dije mirando al doctor.
—"Su cuerpo todavía no ha circulado la sangre, tenemos que esperar".— Él empieza a limpiarle la herida.
Coloqué mi pistola en su cabeza. —"Si en 3 minutos no mejora su pulso, eres hombre muerto".
Alrededor de unos segundos su pulso empezó a estabilizarse, solté el aire que no sabía qué estaba conteniendo.
—"Puede dejar de apuntarme, necesito coserla".
Dejé de apuntarle al doctor y me acerqué a ella, le di un beso en los labios y me giré hacia él.
—"Ni una palabra de esto a nadie, mucho menos a su padre... Si escucho que dijeron algo, lo mataré a todo, ¿entendido?".
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Un Romance Mafioso © {1}
AcciónÁngela Crane Él es el enemigo, mi debe como princesa de la mafia es matarlo, pero cuando Connor Tynes empieza a aparecer en cada lugar donde estoy, la cosa comienza a ponerse un poco caliente. ¿Soy una traidora por acostarme con el enemigo? Connor T...