🫦Capítulo 34🫦

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ÁNGELA

A la mañana siguiente forcé mi cuerpo a salir de la cama, joder, me dolía todo el cuerpo. Mi vagina todavía sentía la sensación de Connor dentro. Cuatro veces terminé en una sola noche y si no hubiera sido por mi padre que interrumpió, quizá mucho más.

Bajé a la sala luego de ducharme. Se supone que tengo que ir a ver a Connor hoy, pero claro que no iba ahí. Jamás en mi puta vida lo iba a volver a ver.

Fui a la cocina en busca de mi desayuno. Sofía, una de las cocineras y mi mejor amiga, me acercó un plato a mí. Tomé asiento en una de las sillas de la cocina, pero tuve que pararme porque prácticamente no podía sentarme.

«Maldito Connor» Pero a quien quería engañar estaba maldiciéndolo porque me gustó.

—"Pasa algo, Ángela". — Habla Sofía. Es la única que puede llamarme por mi nombre, es mi mejor amiga.

—"Nada, quiero desayunar parada, dicen que es muy bueno para la salud".

—"Es eso o es culpa de ese extraño grito que se escuchó anoche". — Debí hacer una expresión en mi cara porque Sofía se rió. — "Cuenta quién fue el afortunado de dejarte prácticamente rota".

La fulminé con la mirada, prácticamente gritó las palabras, miré a toda parte, asegurándome de que uno de los secuaces de mi padre no estuviese cerca.

—"Yo no escuché nada".— dije intentando sonar despistada.

—"Entonces porque no te sienta". — Sabía que estaba jugando conmigo.

—"Bien, tu gana fui yo, pero no se te ocurra repetir esto". — Sabía que no lo haría, ella ha sido mi cómplice en muchas cosas.

—"Entonces, ¿quién fue?".

—"Un nuevo juguete".— Por muy amiga que era mía, no podía decirle: demonio, me acosté con el enemigo; era una traidora. Una traidora de mi gente y mi mafia.

—"Consígueme un juguete así, porque tu padre casi despide a sus hombres esta mañana".

—"¿Qué quieres decir?".

—"Dijo que cuando trajeran una puta que le dijera que no gritara como una frenética". — Dios mío, me escuche así. Anoche tuve que decirle a mi padre que por culpa del ruido fue que me lastimé. Cuando creí que era un atentado, él empezó a preguntar y a revisar mi habitación. Tenía que inventar algo.

—"No se volverá a repetir".

—"Si tú lo dices, pero sí, a mí me dejarán cómo está ahora. Lo estuviera llamando para que se repitiera".

Cuando la palabra llamar salió de su boca me acordé de que tenía el teléfono de Connor en mi habitación. Corrí hacia la habitación dejando el desayuno.

—"¿Qué pasó?".

—"Vuelvo, ahora tengo que hacer algo".— Y así salí de la cocina yendo directo a mi habitación.

Tomé el teléfono de Connor, tenía una contraseña, busqué mi computadora lista para hackearlo. Necesitaba saber muchas cosas del enemigo que podrían ayudarme.

Alrededor de media hora pude entrar a su teléfono, lo tomé y había una carpeta que decía «Importante». Entré y dejé escapar un grito de sorpresa cuando vi grabaciones de audio mías y un GPS de mi ubicación.

«Ese cabrón me instaló un microchip».

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora