🫦Capítulo 48🫦

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ÁNGELA

Miró a Connor con los ojos abiertos por lo que acaba de hacer, se quitó su pantalón y bóxer y tiene su gran pene en su mano.  

—"¡Sabe que eso es acoso estúpido!".  

—"Cierra los ojos, imagina que no estoy aquí".  

¿Quién diablo podía cerrar los ojos antes semejante cosa?  

—"¡Suéltame!".  

Pero el gran pedazo de mierda me ignoró, miré cómo empezó a mover su mano por su pene. Cerré los ojos, pero no duré mucho con ello, cerrado porque un gemido de la boca de Connor salió acompañado de mi nombre, que hizo que abriera los ojos.  

Lo miré y tenía su cabeza hacia atrás, apreté mis piernas porque maldición se veía como una fantasía.  

—"Deja de hacer eso".— Mi voz empezaba a escucharse ronca.  

Él levantó la cabeza para mirarme. — "Te está molestando".  

—"Sí, así que para de hacerlo. No quiero verte tocándote".  

—"Me dejará estar dentro de ti".  

Apreté más mi pierna y él miró mi movimiento sonriendo.  

—"No".  

—"¿Segura?"  

No respondí y volví a cerrar los ojos. Pero esperé otro sonido pero no escuché nada. Cuando abrí mis ojos, él tenía sus pantalones puestos.   

—"Ya que tú no quieres, buscaré otra".  

No sé por qué sus palabras me afectaron, pero me tranquilicé. — "Anda así tal vez me deja en paz".  

Se acercó a mí sentándose en la cama, entonces miré cómo soltaba una de mi mano. — "Te soltaré una mano para que comas y bebas lo que quieras".  

—"Piensa que no voy a soltarme".  

—"Inténtalo, nadie ha podido".  

Tenía esposa alrededor de mi muñeca. Era difícil pero para mí no lo era, pasé un mes en una clase para eso.  

—"No te preocupes, aunque me suelte, no voy a ninguna parte. No soy tonta, sé que me dejará encerrada y no dejará que nadie entre".  

—"Tan inteligente".  

—"¡Cabrón!".  

—"No me espere despierto, porque no sé cuánto me tardaré".  

—"Ve, follate a quien quiera, no me importa, pero no vas a tocarme jamás".  

—"Bien, si eso quiere, no vuelvo a tocarte".  

No esperaba esa respuesta, y no tenía idea de por qué me enojaba.  

Se levantó de la cama y salió por la puerta. Escuché el seguro. Rápidamente, me puse a quitarme la esposa.  

Alrededor de una hora lo hice, salí de la cama y miré por la ventana, estaba empezando a oscurecer, al parecer duré más de 15 horas sedada.  

Fui al baño a ducharme y tomé una toalla que tenía el olor de Connor. Cuando el pensamiento de que esté con otra llega a mi mente, me llene de enojo.  

«No lo voy a permitir, quieres jugar, pues vamos a jugar, Sr. Tynes».

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora