🫦Capítulo 31🫦

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ÁNGELA

Connor me había dado la vuelta haciendo que mi culo estuviera en el aire. Nunca salió de mí su pene, todavía está dentro de mí.

Colocó una mano en mi espalda haciendo que bajara para subir más mi culo. Lo sentía más profundo de lo que nunca sentí a nadie.

—"Esto está mal".— dije joder estaba en mi habitación con el enemigo más grande de mi padre estaba todo mal.

—"Esto está más que bien".— respondió agarrando mi cintura para entrar en mí de golpe. Un gemido salió de mi boca sin poder detenerlo. —"Si gime para mi preciosa, déjame escuchar que tan bien te hace sentir mi pene".

—"No puedo hacer ruido, Connor, la habitación de mi padre está en este mismo piso".

Él agarró mi cabello en su mano inclinándome hacia atrás. Sentí su boca en mi oído—"Mejor, así escucha cómo su peor enemigo está follando a su querida hija en su propia casa".

Este hombre cada vez me confirmaba que estaba más loco que nunca. Empezó a follarme y mi cabeza cayó hacia atrás hacia su hombro.

Pero subí una mano a mi boca para callar mi gemido, Connor me inclinó hacia adelante y quito mi mano de mi boca, agradecí cuando colocó la suya

—"Si vas a tapar tu gemido, que sea en mi mano". — Y así me inclino hacia adelante, pero no dejo que mi cuerpo cayera a la cama. Su mano en mi cabello y su otra mano en mi boca eran las únicas que me sujetaban de no caerme a la cama.

Gemí en su mano, pero él me inclinó hacia adelante haciendo que ahora cayera a la cama. La mano que estaba en mi boca la quito haciendo que gimiera contra la cama. Colocó su mano en mi espalda, bajándome más, haciendo que mi culos subiera más de lo normal.

Lo sentía tan profundo que ya se estaba convirtiendo en dolor, empezó a entrar como si quisiera romperme. Si seguía así lo iba a hacer.

—"Connor, para me está doliendo".— gemí.

Pero él no me escuchó, siguió penetrándome sin compasión. Empecé a llevar mi cadera hacia delante para alejarme de él, pero su mano en mi cadera me detuvo trayéndome hacia su pene de nuevo.

Pero esta vez comenzó a aumentar tanto su movimiento que ya no podía aguantarlo.

—"Connor maldición para en esta pose no puedo aguantarte".

Agarró mi cabello, subiéndome de nuevo hacia él, volví a sentir su aliento en mi oído. —"Eres la jodida princesa de la mafia rusa, claro que puede aguantarme". — Coloco una mano en mi boca. —"Y me vas a aguantar porque sé que te encanta". — Claro que me encantaba que pudiera decir que era masoquista, pues sí me encantaba. Mi cabeza cayó contra su hombro. —"Esa es mi chica aguantando al único hombre que a partir de hoy te follará".

Aparté su mano de mi boca para poder hablar—"Esto es una cosa de una sola vez".

—"Eso lo veremos, desde que puse mis ojos en ti me pertenece y ahora aquí dentro de ti lo confirmo". — Y así volvió a colocar su mano en mi boca.

Aumentando el ritmo, ahora mismo pensaría que era todo menos un humano.

—"Sé que está cerca, preciosa, vamos termina de nuevo alrededor de mí".

Cuando mi cuarto orgasmo de esta noche me indicó que estaba cerca, apreté su pene como antes lo había hecho. Lo escuché, maldecí con los dientes apretados.

Su mano seguía en mi boca, seguí gimiendo contra ella. Cerré los ojos para disfrutar cada momento de mi orgasmo. Connor llevó su otra mano a mi clítoris y empezó a hacer círculo, era lo que necesitaba. Estaba lista para gritar contra su mano cuando mi orgasmo me golpeó, pero el muy cabrón quitó la mano cuando el grito más alto que jamás había escuchado salió de mi boca.

—"Maldición preciosa, éste sin duda en mi sonido favorito". — Empezó a entrar de golpe. —"Voy a llenarte con mi semen". — Y luego de unos segundos sentí su líquido caliente dentro de mí, acompañado con un fuerte gruñido.

Cuando mi cuerpo se tranquilizó. Me despegué de Connor enojada por lo que hizo. —"Maldito cabrón, como pudiste". — Estaba segura de que todos en la casa me escucharon, ¿qué demonio le iba a decir a mi padre?.

—"Dije que quería escucharte y lo hice".

Intente pararme de la cama, pero mis pies estaban débiles, me agarré de la cama.

—"No sabe lo que ha hecho". — Y así fue porque un golpe en la puerta lo confirmó.

—"Ángela, cariño, está bien".— La voz de mi padre hizo que todo el dolor se convirtiera en miedo y mi corazón empezó a latir rápidamente.

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora