🫦Capítulo 47🫦

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CONNOR

Me importa una mierda lo que ella diga, ella es mía y así será por la buena o por la mala.  

Saqué a Ángela cargada de esa discoteca de mierda y la llevé directo a Samara, pero esta vez la coloqué en mi cama amarrada.  

Se veía tan jodidamente linda así amarrada mientras seguía sedada, tuve que utilizar un sedante fuerte ya que era un viaje bastante lejos y no quería que despertara.  

Me acerqué a ella y le quité el cabello de la cara. — "Tan perfecta que llega a lastimar mirarte tanto".— dije mientras pasaba una mano por su mejilla.  

Sus labios se veían sexy en ese pintalabios rojo. Me imaginé cómo se sentiría mi pene en sus labios mientras lo dejaba pintado de su labial.  

Me alejé de ella pasándome una mano por el cabello intentando tranquilizarme. «Maldición, esta mujer puede hacer que pierda la cabeza sin ni siquiera estar despierta».  

Fui a la cocina a buscar agua, sabía que estaba por despertar y el sedante siempre te deja deshidratada. Cuando volví a subir, ella me miró con odio.   —"Maldición no otra vez".  

Me acerqué a ella y le coloqué el vaso en sus labios. —"Sabe que tiene que tomarla".  

Cuando tomo toda el agua, puse el vaso en la mesita de noche y me giré hacia ella. 

—"¡Sultame maldito!".

—"Pero si dijiste que la próxima vez que te secuestrara te amarra a mi cama. Solo cumplo con lo que pediste".  

—"Juro que te mataré ahora si merece morí y no sabe cómo lo voy a disfrutar".  

Incline mi cabeza hacia ella. —"Tengo otra manera de hacerte disfrutar".— Pongo mi mano en sus muslos, subiendo un poco el vestido.  

—"¡No me toque, cabrón!".  

—"¿De verdad quieren eso?".  

—"Por algo te lo estoy diciendo, pedazo de idiota, suéltame".  

—"No".  

—"Maldición, Connor, maldigo el día en que me acosté contigo, maldigo todo desde que te conocí".  

Sus palabras me enojaron, agarré su barbilla con fuerza. —"No vuelva a repetir eso jamás en tu vida".  

—"Suéltame entonces".  

—"Dije que no, te quedará amarrada a mi cama".  

Me acerqué a ella para besarla pero intento voltear su cara pero mi mano en su barbilla no la dejo. Choqué mis labios con los de ella pero no respondió, mordí sus labios inferiores delicadamente haciendo que abriera sus labios.  

Cuando lo hizo, comencé a besarla; ella se rindió a mi beso, profundicé el beso, entrando mi lengua a su boca. Un suspiro salió de sus labios y mi pene se endureció.  

No aguanté más y me subí encima de ella, abriendo sus piernas para ponerme entre el medio de ella.  

—"Qué piensa hacer, te dije que no".— Habla volteando la cabeza.  

—"Jamás te obligaría".— dije bajando de arriba de ella. —"Pero no puede decirme nada si me toco aquí parado, imaginado tu boca".  

Sus ojos se abrieron. —"¿No te atrevería?".  

—"¿Quiere apostar?" — Me quité el cinturón y bajé mi pantalón, luego mi bóxer, agarré mi pene en mi mano.

Un Romance Mafioso © {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora