A mediados de septiembre comencé en la Facultad de Derecho. Me sorprendió lo pronto que hice nuevos amigos, que eran una suerte de nuevos Ángela, Claudia, Carlos, Bruno y Nerea. Es decir, los alumnos menos consentidos y afectados de todos los que se matricularon aquel año. También coincidí con algunos de mis antiguos compañeros de instituto, aunque no fingimos no conocernos tampoco iniciamos una amistad que nunca tuvimos.
Desde que acabamos la selectividad comencé a hablar sin parar de irnos en segundo al extranjero, a París para más señas. Finalmente, me fui en tercero a Lyon con Bea, mi amiga de la playa, porque por mucho que hubiéramos hecho un pacto para irnos todas juntas la realidad fue que a cada una nos dieron un destino distinto. Aquel año cogí menos asignaturas y al siguiente más para disfrutar de la experiencia.
El tercer curso fue el más duro con diferencia. A principios de curso murió mi abuelo y un par de años después mi abuela. Comencé a pensar que la vida también era eso, resistir las pérdidas.
María se examinó de la selectividad y logró una de las mejores notas de su promoción, gracias a eso pudo entrar en Medicina, la carrera que siempre había querido estudiar.
Alicia había decidido entrar en un ciclo formativode grado superior privado, porque sus notas bajaron demasiado en aquel últimocurso, pero en aquellos últimos días de junio, ocurrió algo que nos golpeó atodos de una forma u otra. Llevaba unos meses saliendo con un chico que no parecía gustarle mucho a mi madre, aunque eso no era algo extraordinario. Aquel fin de semana cuando el teléfono sonó de madrugada, todos supimos que algo iba mal. Nos habíamos ido a la playa a causa de alguno de los muchos problemas de la piscina comunitaria y María y yo queríamos disfrutar del tiempo juntas, porque yo acababa de volver de Francia. Al parecer el coche que él conducía se salió de la carretera por una mezcla de factores: alcohol, drogas, velocidad...
El chico murió en el acto. Alicia estuvo unos días en coma, pero no se pudo hacer nada por ella. Marisa y Ángela estuvieron mal mucho tiempo. Tal vez a día de hoy sigan estándolo. El padre de Ángela se marchó de casa un año después. En algún momento se destapó que tenía una aventura con una compañera del hospital. La casa de las hermanas Ramírez también se vendió y se mudaron a un apartamento cerca del despacho de mamá.
Después de ese año me centré en los estudios y en terminar la carrera. Al año siguiente me volví a Lyon para estar dos años más, mientras hacía el máster y las prácticas que se necesitan para poder ejercer la abogacía. Volví a una ciudad en la que fui muy feliz, aunque había estado a punto de rechazar la beca, simplemente porque no era París. Durante esos dos años estudié y trabajé en un despacho donde hice las prácticas obligatorias. Cuando terminé me ofrecieron un contrato durante dos años más, mientras me preparaba para el examen que se hacía a finales de junio para poder colegiarme. Algo me decía que era el momento de volver. Si me hubiera quedado en Lyon podría haber continuado en el bufete, pero sentí el impulso de volver a casa porque echaba de menos a mi familia.
En el trabajo me valoraban, tenía amigos y también tuve una relación, que no había funcionado, nada me retenía. Resulta que hay que vivir para saber que somos personas, no personajes de novela y un día dejas de estar triste o aprendes a convivir con la tristeza, pero sobre todo un día entiendes que la vida son las veces que quisimos y no nos quisieron y al revés. Había salido durante más de un año con Karl, lo había conocido porque le llevábamos algunos asuntos en el despacho, su padre era francés y su madre alemana. Era guapo, divertido, perfecto. No diré algo tan absurdo y manido como que no estaba enamorada de él, porque no sería cierto, pero tenía planes en los que yo encajaba o eso creyó él. Nunca he querido dejar de trabajar, ni casarme, ni irme a vivir a una casita de cuento de hadas a muchos kilómetros del pueblo más cercano y sobre todo nunca he querido que decidan por mí.
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Deep Blue ©
RomanceLucía desea que el verano antes de empezar el último año de instituto le sirva para decidir que estudiar y comenzar a planificar su participación en el blog literario que organiza su profesora. Sin embargo su padre decide acoger durante el curso a...