Habíamos cerrado el trato, firmando los papeles que consolidaban la expansión por Latinoamérica. Aunque el acuerdo era crucial para el crecimiento de la empresa, para mí era solo una transacción más. Yo no manejaba el día a día de la compañía, ni siquiera me interesaba estar involucrado en cada detalle. Para eso estaba Beol. Él siempre había sido el rostro y la mente detrás de todo, el líder que manejaba la empresa desde sus cimientos. Yo, por mi parte, siempre había tenido claro que lo que realmente me importaba eran los resultados financieros. Mi título de "dueño" era más simbólico que funcional. Mientras él vivía y respiraba por la empresa, yo solo me aseguraba de que los números crecieran.
Por eso, mi viaje a Busan había sido más una formalidad que un acto de responsabilidad. Solo vine para cerrar el trato y poner mi firma en los documentos. Ahora que todo estaba resuelto, lo único que deseaba era alejarme por un rato, caminar y despejar mi mente. Quería aclararme a mí mismo, poner en orden mis pensamientos y planear lo que haría cuando regresara a Seúl.
Las calles de Busan, esas que antes recorría con la certeza de conocer cada rincón, cada esquina, ahora se sentían diferentes. Había una familiaridad en sus luces y sonidos, pero algo en mí las hacía parecer ajenas, como si la ciudad hubiera cambiado mientras yo no miraba. O tal vez era yo quien había cambiado.
El tiempo y la distancia habían hecho que el lugar de mi juventud se convirtiera en un escenario donde las respuestas no llegaban tan fácilmente como antes.
Mientras caminaba, con el bullicio de la ciudad de fondo y la brisa suave del mar en el aire, mis pensamientos iban y venían como las olas que chocaban contra la costa cercana. Intentaba poner en orden lo que tenía dentro.
¿Qué haría cuando volviera a Seúl?
¿Cómo manejaría lo que sentía por Lea?
¿Le hablaría de lo que siento? ¿O seguiría ocultando mis emociones, jugando a hacerme el duro hasta que todo terminara, hasta que el contrato se acabará y nuestras vidas siguieran caminos separados?Esas preguntas me perseguían, y aunque intentaba darle vueltas, no encontraba una respuesta clara.
El ruido del tráfico, el murmullo de las conversaciones alrededor, todo se desvanecía mientras esas preguntas resonaban en mi mente.
El aire de Busan, cargado de sal y recuerdos, me golpeaba con una claridad incómoda.
¿Por qué seguir escondiéndome detrás de un contrato que, en el fondo, ya no era suficiente para lo que realmente sentía?
"Basta de darle vueltas, Jeon. Tienes 27 años, te estás acercando a los 30 y sigues atrapado en tus propios pensamientos. No es momento de ser tan ingenuo." Esa voz crítica en mi cabeza, implacable, me hablaba con una dureza que no podía ignorar.
Sabía que tenía razón, pero intenté justificarme.
"No es tan simple... Se trata de alguien mucho menor que yo." El peso de la diferencia de edad no era un asunto trivial para mí. "Debo ser responsable y tomar una decisión que tenga sentido para los dos. No puedo apresurarme ni actuar de manera impulsiva." Respondí con calma a ese monólogo interno.
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Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoel
FanfictionElla gana una beca para estudiar en la Universidad de Corea, un sueño que se convierte en realidad. Sin embargo, sus padres, preocupados por su seguridad, se resisten a dejarla sola en un país tan vasto. Deciden contactar a un amigo de la familia q...