Ella gana una beca para estudiar en la Universidad de Corea, un sueño que se convierte en realidad. Sin embargo, sus padres, preocupados por su seguridad, se resisten a dejarla sola en un país tan vasto.
Deciden contactar a un amigo de la familia q...
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Una y otra vez cambiábamos de posición y lugar, explorando cada rincón de la habitación. Mientras el agua tibia caía sobre nosotros con una melodía suave. Cada gota parecía fundirse con nuestros gemidos, creando una sinfonía íntima. Sentí su aliento cálido en mi piel cuando besó suavemente mi espalda antes de alcanzar el éxtasis una vez más. Era la cuarta vez esa noche que llegábamos juntos al punto máximo, y tanto para él como para mí, la satisfacción y el cansancio se entrelazaban.
Sus respiraciones agitadas y su pecho que subía y bajaba con cada suspiro reflejaban el esfuerzo compartido. Nos enjuagamos meticulosamente con agua y jabón, compartiendo esos momentos íntimos y de cuidado, nos envolvimos en las suaves toallas para secarnos. Él salió del baño, se inclinó para recoger sus shorts del suelo y se los puso de nuevo. Mientras tanto, yo decidí tomarme un momento más. Quería asegurarme de sentirme cómoda durante la noche, así que me quedé en el baño un poco más, tomándome mi tiempo, para ponerme la copa menstrual.
Cuando salí del baño, el ambiente tranquilo del dormitorio lo envolvía todo. Él estaba acostado en la cama, relajado y con los brazos detrás de la cabeza, mirando la televisión con una expresión de tranquilidad
—Hay demasiadas películas de amor —me dice Jungkook, apuntando con el control remoto hacia la televisión. —No pensaba que te gustaba lo romántico.
—Sí, es interesante.
—¿Por qué? —pregunta.
—Es tan rosado y bonito. Te da expectativas altísimas sobre el amor, aunque la realidad no sea exactamente así. —dije mientras me aplico crema humectante en las piernas.
—¿Y cómo es la realidad, Lea?
—El amor duele. —confieso con un nudo en la garganta.
Él se acomoda en la cama y me mira con atención, frunciendo el ceño. —¿Quién te hizo creer que el amor causa dolor?
Tú.
—Solo decía en base a lo que mis amigas me contaban. Yo aún no he experimentado lo que es estar realmente enamorada —digo rápidamente mintiendo y el no parece estar convencido con mi respuesta, entonces trato de desviar cualquiera de sus preguntas antes —¿Y tú, Jungkook? ¿Alguna vez te has enamorado?
—Sí, hace mucho tiempo —responde tranquilo. —Sería extraño no haberme enamorado durante mis veintisiete años.
—¿Puedo saber qué pasó?
—En cada relación, es típico que el amor sea efímero; nada es permanente. Por eso, nunca debes entregar tus sentimientos completamente, Lea.
Lamentablemente a ti, te entregué todo.
—¿Planeas permitirte enamorarte de nuevo o eres de los que ya han perdido la fe en el amor? —le pregunté, sintiendo cómo se me apretaba el pecho.
