Capítulo 31. Peligrosa Adicción

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Después de la tremenda follada, nos ayudamos mutuamente a cambiar las sábanas y secar el colchón antes de tomar una ducha juntos

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Después de la tremenda follada, nos ayudamos mutuamente a cambiar las sábanas y secar el colchón antes de tomar una ducha juntos. Fue la primera vez que nos recostamos solo para dormir en mi habitación.

Ambos estábamos completamente saciados, lo que impidió que la noche continuara con deseo. Me encontraba acurrucada sobre su pecho, disfrutando de sus caricias en mi cabello, un gesto reconfortante y familiar entre nosotros.

—¿Cómo te fue en Busan? —le pregunté, intentando sacar tema de conversación

—Bien, pasé tiempo con mis padres. Estaban felices de verme y también preguntaron por ti. Me advirtieron que me desheredaran si no te cuido bien —respondió él con una sonrisa suave.

—Me alegra que hayas podido visitarlos. Y en cuanto al cuidado, no podría pedir alguien mejor —murmuré entre bostezos, sintiéndome tranquila y relajada en sus brazos.

—¿Tienes sueño? —preguntó con gentileza.

—Sí...

—Entonces, vamos a dormir —dijo él, acomodándose más

—Buenas noches, Jungkook —susurré con ternura.

—Buenas noches, Lea —respondió él con voz suave y cálida.

Cerré los ojos lentamente, dejándome llevar por la paz y la satisfacción del momento mientras me entregaba al sueño junto a él.



Me moví ligeramente en la cama, buscando el calor reconfortante de su cuerpo, pero noté su ausencia. Abrí los ojos en la penumbra de la habitación. Una sensación de inquietud comenzó a crecer dentro de mí mientras me preguntaba si habría salido.

Decidí levantarme para buscarlo. Caminé por el pasillo en silencio, siguiendo el tenue resplandor que provenía de la puerta semiabierta de su despacho. Lo encontré allí, hablando por teléfono. Estuve a punto de retirarme, pero mis pasos se detuvieron cuando escuché fragmentos de su conversación.

—Asegúrate de que las chicas nuevas estén listas para esta noche. No quiero más problemas como la última vez. Y verifica que el dinero de las cuentas esté limpio antes de depositarlo.

Mi respiración se entrecortó mientras escuchaba con incredulidad. Mis manos instintivamente se aferraron al marco de la puerta para mantenerme en pie.

—No puedo arriesgarme a estar allí cada fin de semana —continuó él, su tono cargado de tensión. —Debes asegurarte de que nadie descubra que soy el jefe del club. Mi reputación y la de mis padres están en juego. La empresa y el trading son solo una fachada, y no puedo permitir que se entremezclen. Por eso solo puedo visitarlo una vez al mes, para evitar cualquier sospecha.

Las palabras resonaron en mi cabeza, llenándome de una mezcla de shock y confusión. Sentí cómo mi corazón latía desbocado, incapaz de asimilar lo que acababa de descubrir.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora