Capítulo 16. Peligrosa Adicción

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Amanecimos juntos en la misma cama, mi cabeza recostada sobre su pecho desnudo mientras acariciaba su piel con mis manos

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Amanecimos juntos en la misma cama, mi cabeza recostada sobre su pecho desnudo mientras acariciaba su piel con mis manos.

La luz de la mañana entraba suavemente por la ventana, creando un ambiente cálido y tranquilo.

—¿Puedo preguntarle algo? —dije, mi voz apenas un susurro.

—Por supuesto, Lea. —respondió con su voz ronca.

Mi mirada se posó en su brazo tatuado y, con curiosidad —¿Me puede contar el significado de alguno de sus tatuajes? —pregunté

Él levantó su otro brazo para mostrarme mejor, y con una sonrisa perezosa dijo:
—Dime cuál y te diré.

Observé un ojo tatuado, que parecía de una mujer. —Ese. —dije tocando con el dedo el tatuaje.

Él rió, como si hubiera estado esperando esa pregunta. —Es el ojo de mi madre —dijo con una sonrisa.

—Es bonito —le respondí, admirando el detalle. Luego, señalé otra parte de su brazo —¿Y la flor?

Él me miró con una chispa de diversión en sus ojos. —Te contaré el significado de uno por cada mañana que amanezcamos juntos.

Sálveme dios.
Me late todo, menos el corazón

Me mordí los labios —Entonces, tendremos que dormir juntos muchas noches seguidas —dije juguetonamente.

—Esa es la intención. —sonrió de lado.

Me acurruqué más cerca de él, disfrutando del calor de su cuerpo. El mete su mano tatuada bajo la sabana y baja hasta mi trasero desnudo, acariciando suavemente.

—¿Y cuando acabe de saber todos los significados que pasará? —pregunté

Él me miró profundamente y, con una voz suave pero firme, dijo:

—Me llenaré el cuerpo de tatuajes, los que sean necesarios si eso significa que dormirás a mi lado cada noche.

Tragué duro, sintiendo que las mariposas en mi estómago se agitaban con fuerza.

Su voz ronca de recién despierto ya me provocaba sensaciones, pero lo que acababa de decir hizo que esas mariposas quisieran liberarse y volar fuera.

Me da una fuerte nalgada y habla entre dientes
—¿No me vas a decir nada?

—¿Quieres un mañanero, Jungkook? —pregunte evitando su pregunta, dejándome llevar por la calentura del momento, mordiéndome los labios y subiéndome encima de el sintiendo su pene con erección tocar mis nalgas por detrás.

Coloca sus dos brazos detrás de su nuca y me mira con deseo —¿Cómo negarme a ti, cuando me montaste así anoche?

Sonreí orgullosa.

Me incline a sus labios robándole un beso, recorriendo su cuello hasta llegar a su pene. Lamiendo su glande con la punta de la lengua en círculo, provocando que contraiga su abdomen.

Me levanto en dirección a la mesa de luz, para abrir el cajón y sacar un preservativo.

—¿Te he dicho que ese cuerpo que tienes me vuelve loco? —pregunta mientras se masturbaba viéndome

Negué suavemente.
Y abrí el preservativo con la boca.
Era arriesgado, sí. Pero quería verme más experimentada ante el.

—Si tanto le vuelve loco mi cuerpo, disfrute la buena vista que le daré. —dije una vez le coloco el condón. Y le doy la espalda —Disfrútelo.

Me masturbo el clitoris con ayuda de su pene antes de introducirlo dentro.

—Está húmeda y caliente, como me gusta. —comenta entre jadeos por mis movimientos bruscos. —Joder..sigue así.

Mis movimientos rápidos parecían agradarle, sus manos no tardan en colocarse en mi cintura para profundizar los saltos. En una de esas, la fuerza con la que me tomaba hacia que mantenga movimiento para él levantar sus caderas y adentrarse, sintiendo como tocaba lo más profundo de mis cavidades sacándome gemidos sin parar.

—Quiero verte, Lea. Quiero ver como gimes para mí. —ordena sin parar de movernos. Y mete su mano bajo, para detener saliendo de el, y voltearme.

En un giro inesperado me pone abajo, y me besa todo el cuello antes de volver a ingresar su pene dentro.

Abro mis piernas lo más posible para facilitarle la entrada —Jungkook...—gimo cuando lo siento completo.

Empezó a moverse lentamente, yo me retorcí del placer cuando embiste con fuerza.

—Si, así...—digo desesperada por el placer —Sigue así...¡Aah..! Más duro!

—Me voy a venir, Lea..—avisa entre jadeos. Y por ultima vez embiste con fuerza, y se mantiene dentro los dos alcanzando el climax

Saca su pene despacio, y se dirige al baño a tirar el preservativo.

—¿Quieres darte una ducha conmigo? —propone, mientras cargaba su cabeza por el marco de la puerta del baño.

Me muerdo el labio, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción —Sí, quiero —respondo con una sonrisa juguetona.

Bajo el agua tibia, sentía sus manos suaves deslizándose por mi espalda, enjabonándola con cuidado. Con un gesto delicado, apartaba mi cabello hacia un lado, permitiendo que el agua lo arrastrara suavemente.

Mientras tanto, en mi mente se tejían pensamientos inquietantes. Este momento podía ser solo el principio de nuestra caída en la adicción de nuestros cuerpos, una pendiente resbaladiza hacia el deseo desenfrenado.

Él había dejado en claro que no buscaba nada más que intimidad, nunca prometió compromisos.

La sociedad coreana no toleraba la brecha de edad entre nosotros, y aunque intentaba mantenerme realista, era difícil no dejarme llevar por la tentación. El tenia 27 y yo apenas 18. Era una situación peligrosa, pero a la vez emocionante, y yo me encontraba en el centro de esta tormenta de emociones.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora