Ella gana una beca para estudiar en la Universidad de Corea, un sueño que se convierte en realidad. Sin embargo, sus padres, preocupados por su seguridad, se resisten a dejarla sola en un país tan vasto.
Deciden contactar a un amigo de la familia q...
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Me desperté a las diez de la mañana, consciente de que el día sería agitado. Tras ducharme, opté por vestirme con comodidad, sabiendo que mi atuendo debería durar hasta después del almuerzo y la visita del amigo de Jungkook.
Al bajar al comedor, me di cuenta de que Jungkook no estaba allí, lo que indicaba que probablemente estaría ocupado trabajando.
En la cocina, me encontré con una mujer mayor que estaba ocupada cocinando. La saludé amablemente y ella me miró con curiosidad.
—Eres Lea, ¿cierto? —preguntó con una sonrisa.
Asentí con cortesía. —Mucho gusto. Encantada.
—Soy la cocinera Lee Aeyoung. Puede decirme señora Lee. —sonríe amablemente —¿Quiere desayunar? Puedo prepararte lo que desees —ofreció con amabilidad.
—Muchas gracias, señora Lee. Solo tomaré jugo de naranja, puedo hacerme un sándwich —contesté, tratando de no ser una molestia.
Ella negó con la cabeza. —No hay problema, déjame prepararlo para ti.
—Realmente no es necesario, no se preocupe. — respondí, agradecida por su amabilidad.
Rindiéndose ante mi negativa, la señora Lee simplemente sonrió con gentileza mientras seguía con su tarea.
Mientras desayunaba, decidí no ocupar el comedor y me senté en la mesilla de la cocina. Deseaba tener un encuentro, una charla con una mujer mayor. Me recordaba a mi abuela, aunque la señora Lee no era tan anciana. Sin embargo, anhelaba revivir ese cariño, esa conexión especial que solía sentir con mi abuela. Esperaba encontrar esa familiaridad en ella.
—¿Le molestaría si me quedo aquí? —pregunté tímida.
—Para nada, me vendría bien una compañía. —responde con una sonrisa amable.
Mi corazón se ablanda en instantes. —¿Trabaja aquí desde hace mucho tiempo? —pregunté, tratando de entablar conversación.
Ella asintió. —Trabajo con el joven Jungkook desde hace siete años.
—¿Por qué no la había visto antes? ¿Trabaja solo los fines de semana? —indagué, intrigada por su ausencia.
—Estaba de reposo. He vuelto hoy después de un mes en recuperación. Tuve un pequeño accidente con el brazo y me lo fracturé —explicó con una expresión de resignación. —Normalmente trabajo todos los días, menos los domingos.
—Lamento mucho escuchar eso, señora Lee. Me alegra que ya esté de vuelta y espero que se esté recuperando bien. Si en algún momento necesita ayuda con algo, no dude en decírmelo.
—Eres bastante buena, Lea. Te lo agradezco mucho —dijo la señora Lee con una sonrisa amable.
Después de terminar de desayunar, subí a lavarme los dientes. Luego, bajé nuevamente y me dirigí a la sala de videojuegos, donde me entretuve hasta las once y media de la mañana.
