Dahyun y yo estábamos disfrutando de los últimos bocados del pastel, riendo y compartiendo opiniones sobre todo lo que le acababa de contar en detalle sobre mi encuentro con Jungkook. La charla había sido un alivio, ayudándome a despejar mi mente de la tensión acumulada, y el tiempo pasó volando mientras esperábamos que otro pastel terminara de hornearse. Justo cuando los aromas dulces empezaban a llenar la cocina, el timbre de la puerta resonó, sobresaltándonos levemente.
Intercambiamos una mirada intrigada y, casi al unísono, nos levantamos para dirigirnos a la entrada. Al abrir la puerta, nos encontramos con un hombre de porte serio y profesional, vestido impecablemente, lo que de inmediato me hizo pensar que venía en algún tipo de misión formal.
—¿La señorita Lea Miller? —preguntó, directo al grano, con una voz firme.
—Sí, soy yo —respondí, levantando la barbilla, intentando igualar su seriedad.
—El señor Jeon nos ha enviado para entregarle algo —anunció, sin expresión alguna en su rostro. Luego, extendió una tableta hacia mí —Necesitamos su confirmación aquí para proceder con la entrega.
Dahyun, evidentemente curiosa, asomó la cabeza para ver qué traía este misterioso mensajero. En sus manos, sin embargo, no había nada tangible, lo que hizo que ambos levantáramos una ceja en confusión. Pero apenas alcancé a girarme hacia Dahyun cuando noté su expresión de asombro. Sus ojos se abrieron de par en par al percatarse de algo a nuestras espaldas, y su reacción me lo decía todo.
—Claro —dije, tratando de mantener la compostura mientras tomaba la tableta y firmaba con el dedo en el espacio indicado —¿Dónde firmo exactamente?
El hombre asintió una vez, satisfecho con la confirmación. Entonces, se hizo a un lado y alzó la mano, indicando a los otros que aguardaban fuera. De inmediato, un grupo de personas comenzó a entrar casi en fila ordenada.
Primero, dos hombres aparecieron con enormes ramos de flores cuidadosamente dispuestos en floreros elegantes; luego, otros cargaban bolsas de boutiques exclusivas, cada una adornada con lazos y etiquetas relucientes. Detrás de ellos, un par de mujeres con uniformes de estética ingresaron portando maletines de maquillaje y estilismo.
La situación era desconcertante. No entendía cuál era el plan de Jungkook ni cómo pensaba mantener esto en secreto. ¿No se suponía que quería evitar que alguien se enterara? Aunque Dahyun ya lo sabía porque yo misma le había contado. Pero él seguramente pensaba que ella no sabía nada, o eso parecía. ¿Entonces, por qué enviar un despliegue tan evidente hasta aquí? Las flores eran un riesgo innecesario con Dahyun presente.
De hecho, Dahyun, entusiasmada y sin pensarlo dos veces, se unió a los hombres para acelerar el proceso de descarga, dirigiendo el tráfico de cajas y bolsas como si ella misma hubiese organizado la entrega. Incluso estuvo a punto de discutir con uno de ellos por ser, según ella, demasiado lento y cuidadoso; la curiosidad la devoraba y parecía que no podía esperar más para saber qué traían todos esos paquetes.
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Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoel
FanficElla gana una beca para estudiar en la Universidad de Corea, un sueño que se convierte en realidad. Sin embargo, sus padres, preocupados por su seguridad, se resisten a dejarla sola en un país tan vasto. Deciden contactar a un amigo de la familia q...