El polvo cubría los libros que no había terminado de acomodar desde la mudanza, y mientras pasaba el plumero por cada lomo, sentía que el polvo se mezclaba con la tensión que flotaba en el aire. Cada movimiento parecía más pesado, más lento, como si el tiempo se hubiera detenido solo para atormentarme. Los nervios seguían apoderándose de mí, envolviéndome con una sensación incómoda que no podía sacudir. La ansiedad crecía como un monstruo silencioso, escondido en los rincones de mi mente.
Sabía que Hoseok no sería capaz de decirle la verdad a Jungkook. Él sabía exactamente en qué clase de problemas se metería si lo hacía. Eso me ponía en una posición aún más tensa, porque si él guardaba silencio, entonces la incertidumbre seguía creciendo dentro de mí. Era como si una cuerda invisible estuviera cada vez más tensa, y en cualquier momento, se rompería. Sin embargo, no podía evitar sentir que, de alguna forma, el silencio que ahora me rodeaba terminaría jugando en mi contra.
Dahyun se había ido temprano esa mañana a visitar a su tía junto con su madre, y no regresaría hasta la noche. Ese hecho, que debería haberme dado un respiro, lo único que conseguía era hacer que el vacío del departamento se sintiera más opresivo, más asfixiante. El pensamiento de estar sola todo el día, algo que usualmente me habría relajado, en esta ocasión solo aumentaba la sensación de que algo estaba mal. Algo en el ambiente se sentía... diferente, como si estuviera esperando que algo ocurriera en cualquier momento, pero sin saber qué.
Mientras intentaba concentrarme en la tarea mecánica de limpiar, no podía evitar que mi mente volviera una y otra vez a lo mismo. A él.
Su nombre no desaparecía de mis pensamientos, como una espina clavada profundamente que no podía sacar. Traté de ignorarlo, de distraerme, pero cada movimiento, cada pensamiento parecía volver a girar en torno a él. Y cada vez que su imagen se formaba en mi mente, la rabia volvía a arder en mi pecho, intensa y dolorosa. ¿Por qué, después de todo lo que me ha hecho, seguía pensando en él? ¿Por qué me atormentaba con su recuerdo, cuando probablemente él no pensaba en mí ni por un segundo?
Me sentía una completa idiota, atrapada en un ciclo que no tenía fin.
La ironía era aplastante. Mientras yo me ahogaba en pensamientos sobre él, él probablemente seguía su vida, sin siquiera importarle mi existencia.
El silencio del departamento parecía resonar con esas mismas dudas, envolviéndome en una atmósfera sofocante.
Tomé uno de los libros con más fuerza de la necesaria, dejando que el plumero cayera al suelo sin cuidado. ¿Por qué? ¿Por qué seguía torturándome de esta manera? Era frustrante, agotador, y me hacía sentir débil. Quería gritar, sacudirme esos pensamientos, pero sabía que no podía.
Y lo peor era que, aunque odiaba admitirlo, una parte de mí no quería olvidar.
Terminé de limpiar el último libro faltante despejando mi mente con canciones, cuando el timbre del departamento sonó inesperadamente. Me detuve en seco, el corazón latiendo en mi pecho con sorpresa y aprensión.
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Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoel
FanfictionElla gana una beca para estudiar en la Universidad de Corea, un sueño que se convierte en realidad. Sin embargo, sus padres, preocupados por su seguridad, se resisten a dejarla sola en un país tan vasto. Deciden contactar a un amigo de la familia q...