Capítulo 71. Peligrosa Adicción

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Las gotas de agua resbalaban por mi piel mientras me sumergía en su abrazo, mi espalda firmemente apoyada contra su pecho desnudo

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Las gotas de agua resbalaban por mi piel mientras me sumergía en su abrazo, mi espalda firmemente apoyada contra su pecho desnudo.

Pero cuando estoy contigo...todo cobra sentido.

Cerremos el ciclo que comenzamos, Lea.
Lo único que quiero hacer es las cosas bien..contigo.

Porque lo que realmente deseo, lo que me quema por dentro, es construir algo verdadero contigo.

Cada palabra que él había pronunciado llegaba tan cerca, tan suave, que parecía grabarse en mi mente, y mis pensamientos se volvían un remolino de dudas.

¿Acaso realmente se había declarado?
¿De verdad estaba dispuesto a intentarlo conmigo?

Intentaba procesar lo que él decía, pero las emociones me sobrecogían, confundiendo mis pensamientos. Mi mente se debatía en la incertidumbre de sus palabras y en la posibilidad de que todo esto fuera real.

Fijé mi vista en un punto indeterminado de la pared, intentando controlar los latidos de mi corazón, que parecían golpear con fuerza en mi pecho. Quería hablar, pero las palabras se atoraban en mi garganta, atrapadas entre el temor y la esperanza.

—Jungkook, tú...—logré articular, pero él me interrumpió, apoyando su mentón en mi hombro y girando su rostro hacia el mío, en un gesto que me hizo estremecer.

—Mírame, Lea. —ordenó con una suavidad que me hizo obedecer sin cuestionarlo.

Mis ojos se fijaron en los suyos, atrapados en ese brillo que parecía iluminar todo a su alrededor, y al encontrarse con los míos, sentí una mezcla de nerviosismo y deseo que me hizo contener el aliento.

Su voz ronca resonó en mi oído, sus palabras tan cerca que el calor de su aliento me recorría la piel.

—No soy un hombre de rodeos, y detesto no ser directo. Lo sabes muy bien.

Cada palabra suya era como una chispa encendiendo un fuego en mi interior, un torbellino de nervios y emociones que no podía controlar.

Intentaba sostenerle la mirada, pero sus ojos me desarmaban. Sin apartar sus ojos ni un instante, con una firmeza que me dejaba sin aliento, volvió a hablar.

—Me enamoré perdidamente de ti, Lea.

Su confesión fue un golpe certero a mi corazón. Sentí cómo todo se desvanecía, y quedábamos solo él y yo en una galaxia, atrapados en esa conexión ardiente y visceral. La realidad de sus palabras me golpeó con fuerza, y mi pecho se agitaba bajo la intensidad de su mirada.

Él, el hombre que prometió jamás entregarse, estaba ahí, confesándome lo impensable, y yo... yo ya no sabía si resistirme o dejarme caer en ese amor que parecía consumirnos a ambos.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora