Capítulo 20. Peligrosa Adicción

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La ansiedad me devoraba, y la adrenalina fluía mientras esperaba el castigo

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La ansiedad me devoraba, y la adrenalina fluía mientras esperaba el castigo. Al levantarse de su asiento, su mirada penetrante y su presencia imponente me transportaron a la primera vez que fui castigada. En aquella ocasión, solo con entrenamiento, me había dejado sin poder caminar. Ahora, con la libertad de hacer lo que quisiera conmigo, el miedo a que no tuviera compasión y me dejara sin caminar de nuevo me paralizaba.

Tragué saliva con dificultad y me mordí el labio, sintiendo su proximidad a mis espaldas.

—No seré delicado, Lea —advirtió, su aliento cálido acariciando mi oído y erizando cada centímetro de mi piel.

El gira la silla colocándome frente suyo.
Sus ojos no se apartan de los míos mientras desprende su cinturón con fuerza, desabrochando el botón de su pantalón y bajando la cremallera junto su bóxer, haciendo que su miembro salte, admirando aquella escena tan caliente. Sus labios se curvan en una orden firme —Arrodíllate.

Me relamo los labios con una sonrisa juguetona. Y obedezco.

Le doy unos besos en la glande, jugueteo con la lengua en círculos antes de introducirlo completo a mi boca. Note que el se ocupaba de amarrar mi cabello con una de sus manos

Con suavidad hago que entre a mi boca hasta sentir que esté completamente en lo profundo de mi garganta. Escuche un gruñido de él, y profundiza mis movimientos con fuerza al punto de sentir que me estaba dando ahorcadas por las convulsiones que venían

—No quiero que desperdicies ni una gota. —ordenó mientras disparaba dentro de mi boca una gran cantidad de semen —Trágalo todo.

Tragué como lo pidió y al salirse de mi boca vi como una gota estaba por caer, en un movimiento rápido me acerco a su pene que aún seguía erecto y lo lamí con la punta de mi lengua haciendo que su reacción sea inesperada recibiendo un gemido

Aún arrodillada, una de sus manos me toma por el cuello, para levantarme. Hasta quedarme frente a frente, sin deshacerse del agarre de mi cuello, me atrae a sus labios, besándome con intensidad, hasta morderme provocándome un gemido de dolor. Suelta mi cuello, y baja a mi chaleco, rompiendo todo los botones de un estirón brusco, me empuja a su escritorio y me pone de espaldas. Bajando mis pantalones y por ultimo mi ropa interior, levanto mis pies para que caigan al suelo y pateo hacia un costado para que no sea molestoso.

—Lo ví todo. Esa noche, ví como ese chico te tocaba por los pasillos ¿Sabes cuánto me enojó que otro te besara?

—No sabía que estaba interesado en mí. —dije

Siento como su mano golpea fuertemente a mi nalga. —Todo mi enojo y su desobediencia será cobrado ahora. Por qué cuando la quise follar así de duro no se pudo.

—Yo..—gemí cuando siento que abre mis nalgas con su mano y masturba su pene con mi vagina. —Por favor...

Me azota. —Por favor ¿qué?

—Fóllame, Jungkook..

—Así me gusta.

El me apoya con más fuerza contra el escritorio y siento como en un movimiento brusco se adentra por completo. Coloca sus manos por debajo de mis pechos y los aprieta con fuerza cada vez que da una embestida.

Ya no estaba tocando el escritorio con mi cuerpo, tenia mis manos atrás de mis espaldas amarradas con la mano de el, quien me penetraba fuertemente

—Si! Si! Más fuerte! —gemía—Ahhg más duro, por favor! ¡FÓLLAME SIEMPRE ASÍ!

Con una de sus manos liberadas, me da fuertes nalgadas. —Eres tan ruidosa, que me encanta.

Me vuelve apoyar sobre el escritorio pero esta vez de frente, mientras nos miramos me da embestidas lentas pero duras que casi echamos todo el escritorio alcanzando el orgasmo sintiendo como eyacula dentro mío
Saca un poco para tirarme sobre el pecho y la cara.

Mi corazón estaba acelerado, mis piernas temblando al tocar el suelo, por qué mentalmente estaba en el cielo.

Se acercó y me besó, y juntos nos dejamos caer en el sofá más cercano.

Mi cabeza reposaba sobre su pecho, y una de mis piernas descansaba sobre él. Con suavidad, él me hacía mimos en el cabello, sus dedos acariciándome con ternura.

—Tendré que desobedecer sus órdenes a menudo si me follará de esa manera. —dije

—¿Le gusta ser castigada por su mala conducta? —respondió con una sonrisa traviesa.

—No —contesté—Me gusta que me folle así. Es la primera vez que disfruto tener relaciones sexuales, tanto que no me cansaría de usted.

—No te mentiré, Lea —dijo, su voz bajando un tono —Hacía tiempo que tampoco encontraba a alguien que pudiera hacerme sentir así. Y me sorprende que lo haya encontrado en una chica como tú, ocho años menor. Cómo una peligrosa adicción de la que no quiero liberarme

Sonreí con picardía y le susurré al oído
—Entonces, dejémonos llevar. Porque yo tampoco pienso curarme de esta adicción.

Me acerqué aún más, nuestros cuerpos entrelazados, mientras sentía su respiración acelerarse. —Juntos podemos explorar los límites de este deseo, hasta perdernos completamente el uno en el otro.

Sus ojos se oscurecieron con una mezcla de deseo y algo más profundo. Me sostuvo la mirada y, con voz grave, murmuró —No tienes idea de lo lejos que estoy dispuesto a llegar, Lea. Pero hay cosas de mí que aún no conoces, y cuando lo hagas, podrías cambiar de opinión.

Lo miré fijamente y, con una determinación renovada, respondí —Eso no me afecta mientras no sepa nada. Mientras no lo descubra, deberíamos disfrutar del uno al otro.

Él frunció el ceño, como si quisiera advertirme una vez más, pero yo continué —No quiero pensar en lo que podría ser. Quiero vivir lo que es, aquí y ahora. Lo que sea que estés ocultando, no me importa... al menos no por ahora.

Su agarre se tensó en mi cintura, sus dedos presionando ligeramente, como si luchara consigo mismo. —Lea, no pienses que quiero hacerte daño. Tampoco busco que te arrepientas de esto.

—¿Arrepentirme? —repliqué, desafiándolo con mis ojos. —Recuerda que firme un contrato.
Pero de lo único de lo que me arrepentiría es de no haber vivido esto. De no haber sentido cada emoción, cada momento.

La tensión entre nosotros era palpable, una mezcla de deseo y temor, de lo conocido y lo desconocido.

—No te enamores de mí. Lo que sea que tengamos, disfrutémoslo, pero no permitas que el amor complique lo que es —dijo finalmente, su voz profunda resonando en mi pecho.

Lo miré a los ojos, sintiendo la intensidad de sus palabras. —De acuerdo —respondí suavemente, aunque en el fondo de mi corazón sabía que sería una petición difícil de cumplir.

No sabía qué podría estar ocultando, aunque le dije que no importaba. Sin embargo, por dentro, sentía una curiosidad creciente. ¿Podría estar relacionado con su noviazgo no oficial con Areum o me mintió y realmente sale con ella?




𝗦𝐎𝗘𝗟
Quiero que sepan que no abandonaré esta historia hasta terminarlo. La razón por la que no actualicé fue por dedicar el día a adelantar algunas tareas para tener la semana libre y poder actualizar. Así que no se preocupen si desaparezco ocasionalmente, máximo un día o dos; al día siguiente estaré de vuelta.
En caso de necesitar más tiempo, especialmente por algún examen próximo que requiera más estudio, les informaré. Disfruten leyendo y regresaré más tarde para actualizar.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora