Capítulo 50. Peligrosa Adicción

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Las lágrimas parecían estar agotándose en mí; era como si mi cuerpo se hubiera rendido después de tantos días de angustia

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Las lágrimas parecían estar agotándose en mí; era como si mi cuerpo se hubiera rendido después de tantos días de angustia. Han pasado más de siete días desde que vi a Jungkook por última vez. Esa última vez que nos encontramos, él desapareció, y desde entonces, no he recibido ni un mensaje suyo ni he tenido la más mínima noticia. A pesar de continuar con mis clases de guitarra en su casa, nunca pregunté por él, y la señora Lee, con su amabilidad habitual, se encargó de informarme que había tenido que ir a la empresa de sus padres y no volvería hasta el martes.

La tarde estaba tranquila, pero el ambiente en la sala donde Yoongi y yo nos encontrábamos tenía una carga de tensión sutil, casi imperceptible. Habíamos terminado la última lección del día, A pesar de todos mis esfuerzos por mantener la compostura, me resultaba imposible evitar que mi mente divagara. Desde el principio de la clase, mi concentración había sido un verdadero caos, como si las notas y acordes se desvanecieran antes de poder asimilarlos. Intenté aferrarme a la lección, pero los recuerdos de intimidad en esta habitación y las emociones que había tratado de reprimir se entrelazaban, dejándome vulnerable y expuesta.

De repente, la voz firme del Señor Yoongi me sacó de mis pensamientos.

—Ha estado muy distraída en esta clase, Lea —comentó, mientras guardaba su guitarra en el estuche.

Me estremecí ligeramente al escuchar sus palabras, sabiendo que había notado mi falta de atención. Bajé la mirada, intentando ordenar mis pensamientos antes de responder.

—Lo siento mucho, Señor Yoongi —dije, forzando una sonrisa mientras trataba de sonar convincente—No fue mi intención.

Él no parecía convencido del todo, sus ojos se mantenían fijos en los míos. —Entiendo que todos tenemos días complicados —dijo con voz suave. —Sin embargo, no quiero verte así en las próximas clases. Quiero que te sientas cómoda, y si eso significa tomar un descanso o cambiar el entorno, podemos hacerlo.

Su comprensión me aliviaba. Lo miré con gratitud —Señor Yoongi, en relación con el cambio de entorno... Me gustaría mucho poder continuar con las clases, de verdad lo deseo. Pero, si no es mucha molestia, ¿sería posible trasladarlas a su estudio?

Sus ojos se encontraron con los míos, y por un momento, temí que me preguntara el motivo detrás de mi solicitud. Pero, para mi sorpresa, una leve sonrisa se dibujó en su rostro, y asintió con tranquilidad.

—Por supuesto —respondió con calma—No hay ningún problema en trasladar las clases al estudio. De hecho, creo que sería beneficioso. Mi estudio es un espacio más acogedor, diseñado específicamente para la música. Esto no era lo habitual para mí, solo accedí a ello debido a la insistencia de Jungkook. Así que, a partir del próximo sábado, nos veremos allí.

La sorpresa que sentí por su disposición se mezcló con un profundo alivio. Había temido que mi petición fuera vista como una inconveniencia, pero en lugar de eso, Yoongi parecía estar completamente de acuerdo.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora