Capítulo 36. Peligrosa Adicción

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Tomaba un whisky en el balcón de mi habitación

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Tomaba un whisky en el balcón de mi habitación. La noche era más oscura de lo habitual, como si compartiera mi sentimiento. El frío del vaso contra mi mano era la única cosa tangible que me mantenía anclado a la realidad. Le di un trago largo y amargo, dejando que el alcohol quemara mi garganta, y miré hacia la luna perdiéndome en mis pensamientos.

La situación con Lea estaba empeorando y, por alguna razón, no podía soportar dejar las cosas así. Admitiéndolo en lo más profundo de mi ser, ya no podía estar sin ella. Cada maldita palabra que me decía me laceraba, me quemaba por dentro y lo odiaba con toda mi alma. Pero sabía que yo era el causante de todos esos problemas.

Era un maniático con mis reglas, un abusivo al revisarle el teléfono, y esa paranoia me consumía. La idea de que ella pudiera experimentar el amor y abrir su corazón a alguien más era como una daga en mi pecho. Sabía que ella tenía todo el derecho a hacerlo, y eso solo aumentaba mi desesperación. Pero mientras ese contrato siga vigente, no lo permitiré. No dejaré que nadie más la tenga.

El whisky ya no era suficiente para ahogar mis pensamientos. Me estaba convirtiendo en una sombra de mí mismo, poseído por la necesidad de tenerla solo para mí.

La vibración en el bolsillo de mi pantalón me arrancó de mis pensamientos. Era Hoseok.

—¿Qué pasa? —pregunté al contestar

"Tenemos un problema" —comenzó Hoseok "Mingyu finalmente decidió mandar las mujeres que nos debían, pero eso no es todo. Hubo una equivocación con dos chicas jóvenes ayer mismo. Pensamos que eran las mujeres que Mingyu había mandado, pero no fue así."

—¿Qué quieres decir?

"Las confundimos con las chicas de Mingyu. Se les hizo trabajar y una de ellas incluso tuvo que bailar. Solo me di cuenta del error cuando las verdaderas mujeres de Mingyu llegaron. Pero para entonces, una de las chicas jóvenes ya había generado una atención impresionante. La que bailó, en particular, ganó mucho dinero, como nunca antes habíamos visto."

—¿Cómo demonios pudieron confundir a dos chicas jóvenes con las mujeres de Mingyu? —gruñí, la furia latiendo en mi voz. —Eres un completo idiota. Y aún más por hacerles firmar a esas chicas. ¿Te das cuenta del problema en que nos meteremos si ellas deciden hablar?

Hoseok intentó defenderse. "Lo sé, lo sé, fue un error. Pero está todo resuelto. Las chicas no van a decir nada. Y tienes que ver a la bailarina, Jungkook. Era hermosa y bailaba espectacular. No puedes perderte esto."

—No me interesa ver a ninguna de esas mujeres, Hoseok. No me importa quién genere más o quién sea la más hermosa. Solo me importa el dinero. Y por algo te puse a cargo. Más te vale que no traigan problemas esas dos.

"Entiendo, Jungkook. Todo está bajo control. Te lo prometo" —respondió Hoseok, tratando de sonar convincente.

—Espero que así sea —respondí con frialdad. —Porque si esto sale mal, serás tú quien cargue con las consecuencias.

Peligrosa Adicción. Jungkook ©bnsoelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora