Capitulo 90: Noticias

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El sol se alzó en el horizonte, bañando The Arbor con una luz dorada que prometía un nuevo día. Aelyria despertó temprano, sintiendo la energía vibrante que la rodeaba. El día estaba lleno de promesas y nuevos comienzos. Mientras se vestía con su armadura de guerra, la sensación del metal contra su piel le infundió confianza y determinación. Sabía que hoy sería un día decisivo, no solo para su relación con Daenerys, sino también para la lucha que se avecinaba.

Al salir de sus aposentos, el bullicio de la mañana la envolvió. Servidores corrían de un lado a otro, preparando el banquete que daría la bienvenida al nuevo día. El aroma del pan recién horneado y la carne asada flotaba en el aire. Al llegar al salón principal, Aelyria encontró a Daenerys rodeada de su consejo, el ambiente rebosante de expectación y murmullos.

El lord de Essos, quien había sido amante de Daenerys en el pasado, se encontraba entre ellos. Al verla, su rostro se iluminó con una sonrisa seductora. 

—¡Daenerys! —exclamó, acercándose con confianza—. Siempre es un placer verte. 

La madre de dragones sonrió, pero la mirada en sus ojos denotaba una mezcla de diversión y un leve desdén. Aelyria, al notar la interacción, sintió un fuego brotar dentro de ella. En un impulso, se deslizó detrás de Daenerys, colocando sus manos en la cintura de la reina, un gesto posesivo que dejó claro quién estaba a su lado.

—Me alegra que hayas llegado sano y salvo —dijo Aelyria, inclinando la cabeza para besar suavemente el cuello de Daenerys. El contacto provocó un escalofrío que recorrió la espina dorsal de la reina, y ella sintió cómo su corazón latía con fuerza. 

Daenerys, sintiendo la calidez de Aelyria contra su espalda, se volvió hacia su consejo con una nueva confianza. 

—Hoy, en este nuevo amanecer, quiero hacer un anuncio —dijo, su voz resonando en la sala—. A partir de este momento, Aelyria y yo estamos unidas no solo en la batalla, sino también en el amor. 

El salón quedó en silencio por un momento, hasta que el murmullo de aprobación comenzó a circular entre los miembros del consejo. Algunos sonrisas se dibujaron en los rostros, y Aelyria sintió que la tensión se disipaba. Sabía que estaban enfrentándose a muchos enemigos, pero esta unión fortalecía su causa. 

—Es bueno saber que, a pesar de los vientos de guerra que se avecinan, el amor puede florecer —comentó uno de los consejeros, un anciano con canas que había visto muchas batallas. 

—Sí, porque en tiempos difíciles, el amor es un gran motivador —añadió otro, sonriendo—. Cuanto más fuertes seamos unidos, más posibilidades tendremos de prevalecer. 

Con la revelación de su relación, la conversación se desvió hacia las tácticas militares y los planes para enfrentar a Jon Snow. Aelyria se centró en la estrategia, aún sosteniendo con firmeza la cintura de Daenerys, sintiendo la conexión entre ellas mientras discutían los movimientos del ejército. 

—He reunido un gran ejército en The Arbor, y estoy lista para movilizar a más hombres si es necesario —dijo Aelyria, la confianza brillando en sus ojos—. Si logramos asegurar el control de los ríos, podremos establecer rutas de suministro seguras y atacar a Jon desde varias direcciones. 

El consejo escuchó atentamente, tomando notas y intercambiando ideas. La forma en que Aelyria hablaba con pasión y determinación impresionó a todos, y Daenerys se sintió llena de orgullo al verla liderar. 

Mientras la reunión continuaba, Aelyria se dio cuenta de que el lord de Essos había estado observando a Daenerys con una mirada codiciosa. Una ola de celos recorrió su cuerpo, y cuando el lord comenzó a coquetear nuevamente, Aelyria apretó su agarre alrededor de la cintura de Daenerys, haciéndole un leve gesto que le decía que no estaba dispuesta a ceder.

Después de que la reunión concluyó, el consejo se dispersó, y el bullicio del salón comenzó a desvanecerse. Sin embargo, Aelyria y Daenerys quedaron atrás, discutiendo los rumores que empezaban a correr por The Arbor.

—Se ha hablado de otras casas de Valyria que han sobrevivido y que podrían tener intenciones de desafiar nuestra legitimidad —dijo Aelyria, preocupada—. Los rumores afirman que los Targaryen no son más que comerciantes y que Daenerys no merece ser reina. 

La mirada de Daenerys se tornó fría al escuchar eso. Era un golpe bajo, pero sabía que había que enfrentarlo. 

—Debemos actuar rápidamente —dijo Aelyria, su voz firme—. Deberíamos esparcir la noticia de que la Casa Graegoris está del lado de los Targaryen y de su legítima reina, Daenerys. No podemos permitir que se olvide la gran historia de los Graegoris, ni en el pasado ni en la actualidad. 

Aelyria sabía que su familia era una de las casas más antiguas de Westeros, conocida por su fuerza en el mar y su influencia en las islas del verano eterno y Asshai. Tenía la intención de que su linaje fuera conocido y respetado, no solo en las islas, sino en todo el continente. 

Cuando se encontró con el lord de Essos, él se volvió hacia ella, sus ojos brillando con interés. 

—Ah, la famosa Aelyria —dijo, inclinando la cabeza—. He escuchado mucho sobre ti, aunque no tenía idea de que eras la líder de la Casa Graegoris. He oído que te llaman "la portadora del fuego, la sangre y las sombras". Es un honor conocerte. 

Aelyria sonrió, manteniendo su postura erguida. 

—El honor es mío, lord. He oído que conoces bien a Daenerys —dijo, lanzando una mirada a su reina, quien observaba la conversación con atención. 

—Sí, compartimos una historia —respondió el lord, con una sonrisa coqueta—. Pero me alegra ver que su corazón está en buenas manos. 

En ese momento, el lord de Essos pareció darse cuenta de la conexión entre Aelyria y Daenerys, y un destello de sorpresa cruzó su rostro. 

Aelyria, sin embargo, decidió que no había tiempo para rivalidades. 

—Hablando de conexiones, también me gustaría discutir cómo podemos unir fuerzas para enfrentar a Jon Snow y sus aliados. Lo que está en juego es demasiado grande para que permitamos que nuestros pasados interfieran en el presente. 

El lord asintió, aunque su mirada seguía deslizándose hacia Daenerys. Sin embargo, Aelyria no estaba dispuesta a dejar que la distracción se interpusiera. Con determinación, continuó hablando con el lord sobre estrategias y alianzas.

Mientras discutían, Daenerys observó cómo Aelyria se mantenía firme y decidida. Había algo en la forma en que Aelyria defendía su causa que la hacía sentir aún más atraída por ella. Pero cuando el lord volvió a coquetear con ella, algo se rompió dentro de Daenerys.

La conversación se desvió hacia los rumores de otras casas y, a medida que la charla se hacía más intensa, Daenerys se sintió cada vez más frustrada. El lord no dejaba de interrumpir, y Aelyria parecía estar perdiendo la paciencia.

Finalmente, tras una serie de coqueteos del lord, Aelyria apretó la mano en la cintura de Daenerys, sin dejar de sostenerla, y se plantó frente a él. 

—Señor, si bien aprecio su interés, creo que ahora es el momento de centrarnos en la situación actual. Jon Snow no se enfrentará solo, y necesitamos planificar con cuidado. —Su voz era firme y clara, desafiando al lord a seguir con sus frivolidades.

Después de que la reunión concluyó, el consejo se dispersó, y el bullicio del salón comenzó a desvanecerse. Aelyria se sintió más poderosa que nunca. Mientras tanto, Daenerys seguía pensando en cómo enfrentar lo que se avecinaba.

Sin embargo, a medida que se alejaban del consejo, Aelyria escuchó murmullos a sus espaldas. Los rumores sobre la Casa Graegoris y su lealtad a Daenerys empezaban a esparcirse por el castillo, y Aelyria sabía que esto era solo el comienzo.

—Los vientos soplan a nuestro favor —dijo Aelyria, volviéndose hacia Daenerys con una sonrisa—. No dejaremos que nadie nos quite lo que hemos logrado. 

Daenerys sintió una chispa de esperanza en sus palabras, y aunque sabían que la batalla se avecinaba, estaban listas para enfrentarse a cualquier desafío. Aelyria, sosteniendo firmemente la mano de Daenerys, supo que no estaban solas. 

—Hoy, la Casa Graegoris y la Casa Targaryen están unidas. Y juntos, haremos historia —declaró Aelyria, y el eco de sus palabras resonó en el aire, marcando el comienzo de una nueva era.

Hijos del Fuego y de la SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora