cincuenta y nueve

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MADELINE

El día había pasado rápido.

Y el metal era justamente lo mío. Había olvidado lo bien que se sentía escuchar todos esos sonido atascados de acordes agresivos y desesperados, y riffs rápidos que hicieran que moviera la cabeza a ese ritmo y mi corazón se acelerara.

Pero con la banda de Izzy era diferente. Me aburría, y la voz de aquel pelirrojo me irritaba.

—Es insultante lo que hiciste allá. Te fuiste —Jeffrey dijo mientras desabrochaba su pantalón con rapidez.

—¿Estoy obligada a que me guste tu banda? —dije quitando la última prenda de mi cuerpo.

—Bueno, estoy en ella. Te gusto yo, te debería de gustar mi banda entonces —respondió con indignación mientras pateaba sus ropas hacia algún rincón del almacén de limpieza.

—Estás siendo ridículo —respondí mientras él me acorralaba en el estante. No me ponía nerviosa. Todo lo que Jeffrey hacía era cómodo y cálido —. No estoy diciendo que seas malo,¿sabes? Solo no me gusta la banda.

—Eso me molesta demasiado.

Solté una carcajada en su cara.

—Saliste en los periódicos —cambié de tema. Él me tomo de mis caderas desnudas y me pegó contra su cuerpo.

—Lo sé.

—¿No te molesta?

Él sonrió entre dientes y negó.

—Mierda, no. Ayuda a mi imagen de una puta estrella de rock.

—Vaya, qué ambicioso. ¿Será que solo me utilizaste para tener una buena foto en los periódicos?

Él arrugó el entrecejo, parecía pensativo. Pero, como si lo hubiera conocido de toda la vida, sabía que estaba jugando.

—Puede ser.

Le di un suave golpe en el pecho.

—Mierda, Izzy, no hables tanto y date prisa. Alguien va a venir y nos echarán del lugar.

Jeffrey sonrió, no hizo falta que insistiera. Ambos ya sabíamos por qué estábamos escondiendonos en el almacén de limpieza.

~○~▪︎~○~

—Te vi salir del almacén —dijo James antes de beber de la botella de Jack Daniel's.

—¿Y? —respondí desinteresada quitandole la botella para luego darle un trago. El whiskey era asqueroso, pero me embriagaba rápido.

—Estás cuidando de un maldito niño, Madeline.

—Él se estaba divirtiendo con la música, James, el niño estaba con Cliff —dije con cansancio —, ¿por qué demonios estás actuando como un idiota, eh?

—Recién conociste a Izzy, Madeline.

—¿Y? —repliqué.

—¿Y ahora todo te importa una mierda? Tu reputación se está yendo al carajo desde que te juntas con Dave, y pareces no entenderlo.

—¿Qué mierda dices?

Solo eramos James y yo solos frente a una fogata nocturna y con ecos de música feroz. Esperábamos a que los demás chicos regresaran de comprar hamburguesas.

—Es como si intentaras ser una zorra para él, es patético —respondió entre dientes.

—Vaya, ¿de verdad eres tan egocéntrico que no puedes aceptar que una chica no te haya hecho puto caso? —dije con mofa — Lo único que has hecho desde que llegué ha sido tratarme como basura y reclamarme por absolutamente todo y en especial sobre Dave, dime, ¿no estarás enamorado de él? —sacudí mis manos en el aire y él solo me miró con una mueca llena de furia en su rostro  — ¿Y sabes, James? No eres mejor que Dave —dije con agresividad, viéndolo a los ojos —. No te gusta perder. Pero ese no es mi puto problema. Me acuesto con quien yo quiero, y en donde quiera, ¿entiendes? Y no, James. No hay un puto chance conmigo —me levanté furiosa del pasto y él levantó la mirada —. No te queda esta actitud de mierda.

𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora