𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆

diecinueve

MADELINE

Dave y yo teníamos nuestras manos entrelazadas. Mi cabeza estaba recargada en su hombro. Los dos en silencio. Esperando.

No era incómodo. Me sentía en paz.

La situación con aquel estúpido de Leo y lo que recién pasó con mi abuela y el hecho de que mi madre parecía odiarme me estaba acabando.

Pero Dave era reconfortante. Era como un bastón, me ayudaba a mantenerme de pie, firme. Aunque yo no tuviese la fuerza él era como un apoyo para seguir.

-¿Por qué no intentas dormir un poco? -me preguntó.

-No tengo sueño.

-Luces jodidamente mal. Deberías aunque sea intentarlo.

-Trataré. -respondí sin ánimo.

-¿A qué hora volverá Andrea?

-Dijo que a las nueve, pero tal vez llegue un poco tarde, parecía muy cansada.

-Tú también luces cansada.

-Lo estoy. Pero no quiero dormir, no puedo... Tú también pareces cansado, si no podías venir...

-Madeline, no iba a dejarte sola. Aparte, sabes que aprecio a tu abuela, no me molesta estar aquí.

-Deberíamos, los dos, intentar dormir entonces, aunque sea un rato.

-No tengo sueño. Duerme tu.

-Lo intentaré -suspiré.

Él gruñó como respuesta.

-Dave.

-¿Sí?

-Gracias por haber venido.

Él tardó en contestar.

-Vamos, solo duerme.

Solté un pequeña sonrisa, después simplemente cerré mis ojos, hasta que por fin, pude caer en un profundo sueño.

~♡~

Sentí una punzada en mi cabeza. Lo primero que vi al abrir los ojos fue el techo blanco del hospital. Estaba acostada en el sofá. Tenía el abrigo de Dave encima. Después pude ver a mi madre sentada frente a mí, mirando hacia mi abuela.

Maldición.

Miré hacia los lados para encontrar a Dave. Pero él no estaba en ningún lugar.

Carajo.

Carajo.

Me levanté de golpe del sillón y mi madre me miró inexpresiva.

Iba a reclamarle y preguntarle sobre Dave.

Pero ella habló primero.

-Despertaste -sonaba cansada-. ¿De quién es ese abrigo? Cuando llegué ya lo tenías encima.

Eso significaba que no sabía de Dave.