cincuenta y dos

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MADELINE


Dave era increíble en el escenario.

Su voz sonaba más segura, y recordé las veces en las que dudó de ser él el vocalista de su banda "perfecta".

Decía que debía de ser perfecta, y yo, no por cuestiones personales, creía que era perfecta.

Jerry quiso adentrarse más al bullicio, estaba cerca del escenario.

Yo decidí mantener mi distancia.

Aunque Lisa y Mary creían que yo me aferraba a Dave, estaba a dispuesta a dejar de obsesionarme con él.

Desde luego no estaba segura de apartarlo definitivamente de mi vida, me dejaba un sabor amargo tan solo pensar que todo lo que él y yo eramos juntos, tenía que desaparecer.

Pero, también estaba aún más segura de que el mundo no era un cuento de hadas y las personas no podíamos vivir de amor.

Disfruté del concierto en un rincón del lugar  en una de las mesas altas, bebiendo una botella de cerveza cara.

Esperé a que Jerry volviera para preguntarle si creía correcto que me acercara a saludar a Dave.

—¿Madeline? —una voz femenina llamó mi nombre.

Era Diana.

Ella estaba ahí parada, mirándome con una sonrisa que no lo lograba descifrar, no sabía si intentaba burlarse de mi o... No lo sabía. No podía ver esa altanería ni esa arrogancia que me mostraba cuando ella salía con Dave y yo sólo era la mejor amiga.

—Diana —tragué saliva con nerviosismo.

—¿Cómo has estado? —se acercó lentamente hasta mi. Me miraba insegura y con timidez.

Lucía espectacular, con el cabello perfecto y voluminoso y su maquillaje impecable.

—Ah... —pensé en qué responderle aunque la respuesta era sencilla — Bien. ¿Qué hay de ti? —pregunté esperando no recibir un insulto.

Ella sonrió. Y en realidad, parecía una sonrisa honesta.

—Estoy bien —respondió y noté cómo apretó ligeramente el vaso de cerveza en sus manos. Tragué saliva con incomodidad cuando ambas nos quedamos en silencio. Solo se escuchaban un montón de voces a nuestro alrededor y algunas carcajadas de por medio.

—Madeline —se acercó un poco más para quedar frente a mi, puso su vaso en la mesa y comenzó a hablar —, quería decirte algo —parecía no estar segura de lo que diría y yo sólo la miraba atenta —... Lamento haber sido una perra contigo.

Me fue inevitable no soltar una risa burlona.

—Diana —negué con la cabeza, en realidad no sabía qué decir.

Sus palabras me habían tomado por sorpresa.

—Es de verdad, Madeline —se encogió de hombros —. Yo no soy una mala persona, y mierda, no soy una perra —frunció el ceño —... Es solo que te envidiaba, ¿sabes? —bajó la cabeza.

—¿Qué dices? —la miré con indignación. Mientras más hablaba, más confundida me dejaba — ¿Por qué? —negué con la cabeza en manera de reproche —No entiendo un carajo —admití y bufé con frustración.

Diana me estaba pidiendo disculpas y sonaba casi imposible.

—Madeline, conocías a Dave más que yo, él pasaba más tiempo contigo, te llevó a San Francisco con él —decía negando con la cabeza, como si estuviese tratando de obviar algo. Entonces me fue inevitable no entenderla —. Tú lo tenías a él casi todo el maldito tiempo, y yo era su novia.

𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora