cuarenta y cuatro

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Tenía un pequeño dolor de cabeza.

El día estaba soleado.

Y Lisa quiso desayunar afuera en el jardín. Me preguntaba por qué, si su jaqueca era más fuerte que la mía.

—Lisa, podemos desayunar adentro —dije mientras masticaba un trozo de panqueque.

—No, adentro sigue apestando a hierba y tengo nauseas, no sé como haré para comer todo esto —dijo con asco —. Oye  ¿por qué tu y Christopher desaparecieron durante un buen rato ayer? ¿Estuvieron peleando?

Sí, Lisa, fue eso. Claro que no me besé con Christopher y después metió su boca entre mis piernas en la orilla de la piscina de la casa de tus padres;  claro, solo estuvimos peleando.

—Me pidió disculpas, discutimos un poco, dejamos el pasado atrás, y después yo tropecé y caí al agua, me ayudó a salir. Estaba un poco ebria, ¿sabes? —la miré de reojo y con los ojos entrecerrados debido a la luz solar.

Solo había omitido unas partes, no contaba como mentira del todo.

—No me genera demasiada confianza —resopló Lisa y le dio un sorbo a su café. Hizo una mueca de desagrado.

Demasiado tarde.

—Da igual, no es como si tenga planeado verlo otra vez.

Lisa se quedó en silencio y se encogió de hombros. Miró con nerviosismo sus manos.

—¿Por qué me estas mintiendo? —habló de golpe.

La miré expectante.

—¿Por qué lo dices?

—Mary te vió ayer el trasero, ella dijo algo como: Maldición, esa chica tiene el trasero de un bebé, suave y firme —habló rápidamente sin mirarme —. ¿Por que demonios te vio el trasero? Aparte también dijo que Christopher te miraba como puto pervertido. Te estabas vistiendo frente a él, Madeline, ¿qué mierda?

—Carajo —dejé caer mi cabeza con suavidad sobre la mesa de cristal —. Estoy tan avergonzada —suspiré —... Pasaron tantas cosas que realmente no me di tiempo para pensar lo que estaba haciendo.

—¿Dijo algo? —preguntó curiosa— ¿Hasta donde mierda llegaron?

—Mierda, Lisa. Promete no enojarte —la señalé y la miré con fastidio.

—Depende —acomodó su silla para quedar más cerca de mí.

No hice más que contarle lo que Christopher me había dicho sobre Dave, y sobre lo furiosa que estaba al enterarme. Y desde luego, sobre la gran barbaridad que había cometido con él en la piscina. Porque se sentía así.

~○~


Lisa tenia una mueca de horror en su rostro, su boca estaba medio abierta y tenía el entrecejo fruncido.

—Carajo... ¿Cómo mierda se te ocurrió dejar que ese cabrón metiera su cara entre tus piernas?

—Lisa, de todo lo que te conté, ¿solo te preocupa eso? —la miré con incredulidad

—¡¿Qué no conoces a los hombres?! Madeline, en la preparatoria eras una perra, se supone que...

—Mierda, Lisa. Deja de gritar —me quejé —. Ya entendí, ¿está bien? —suspiré y le di una mala mirada de reojo — Iré por mis cosas al departamento —avisé —. No quiero esperar más, quiero dejar las cosas en claro con Dave.

—Bien, te acompaño —asintió con la cabeza.

—Mierda, no —respondí rápidamente —. Puedo hacerlo sola, pediré un taxi —tragué saliva — ... ¿Me prestas para el taxi?



𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora