diez

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MADELINE



«Me gusta alguien más».

¿Qué debería de pensar ante aquella confesión? ¿De quién mierda se trata? ¿Por qué rayos se sintió como un golpe en el estómago?

Carajo, mi mente está hecha un caos.

Cuando tenía catorce años, Dave solía gustarme, solo fue una etapa. Mis amigas me decían que debía de decirle a Dave mis sentimientos hacia él. Pero mi miedo a que nuestra amistad se arruinara por eso fue aún más grande que mi atracción hacia él. Me quedé en silencio, Dave dejó de gustarme conforme pasó el tiempo.

—Hey, ¿comerás tu cereal?

Su voz me sacó de aquel trance en el que había entrado. Miré al pelirrojo y asentí, para después meterme una cuchara de cereal sabor chocolate a la boca.

—¿En que tanto pensabas, eh? —preguntó con la boca llena.

Una vez que pasé la comida, respondí.

—En tu vecino —respondí, obvio que era mentira —, ¿algún problema con eso? —pregunté con curiosidad. Tenía esperanzas de que él hiciera una mueca o respondiera molesto...

—Si quieres te consigo una cita con él —respondió mirando su cereal. Pero estaba inexpresivo. Aproveché que no me miraba y puse los ojos en blanco.

—¿Qué haremos hoy? —pregunté.

—Iremos a la lavandería —respondió cortante.

Dave amaneció de malas, y ya me estaba hinchando los ovarios su mal carácter.

—¿Y ya? No jodas. Le dije a mi abuela que hoy estaría contigo el día entero...

—No empieces, solo desayuna y después veremos qué mierda hacemos —respondió con fastidio.

Agh.

Preferí mantenerme callada. Cuando yo discutía era muy pesada y a veces decía idioteces. Prefería no molestarme con él.




×



—No, Dave. Recuerda que el suavizante no funciona como jabón, el suavizante no quita manchas.

—Agh, a la mierda. Con que huela bien —respondió fastidiado y prendió el botón de la lavadora para que comenzara a tallar la ropa.

—No, no puedo con esto. Iré a la tienda del lugar para comprar un jabón —hablé con desesperación.

Dave creía que el suavizante haría el mismo trabajo del jabón en su ropa. Quería mezclar ropa blanca con ropa negra... Dave no tenía mucha ropa blanca de todas formas.

Me dirigí hacia la fila de la tienda para pedir el jabón que necesitaba y me formé. Habían dos personas delante mío.

Esperé a que fuera mi turno.

Miré a Dave desde mi lugar, él miraba con desprecio a su alrededor. Típico de él cuando estaba de malas. Mirar a su alrededor con odio era su especialidad. Pero sería estúpido negar que se veía tierno con el ceño fruncido, o que su cabello naranja y esponjado era la combinación perfecta de lindo y sexy, o que esos jeans ajustados le quedaban jodida...

𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora