veintiuno

403 33 6
                                    


MADELINE




Hablaba con Lisa por teléfono, mejor dicho, por una cabina telefónica frente al hospital. Hace meses que no hablábamos.

—Hoy dan de alta a mi abuela. Parece recuperarse rápido pero necesita estar bajo observación frecuentemente y tomar medicinas. —eso hizo que mi corazón se detuviera por un momento al recordar las palabras de Leo.

—Dios, necesitos ir a Los Angeles, a verte a ti y a tu abuela. De verdad deseo que todo se arregle pronto.

—Eso espero. —contesté sin ánimo.

Nada estaría bien

—Por cierto  ¿como van las cosas con Dave?, ¿todavía sigue con Diana o ya abrió los ojos y se dio cuenta de que te ama?

—¿Qué dices? —contesté tratando de fingir gracia.

—Vamos, tienes a tremendo hombre y aún no te das cuenta, ¿eres tan ciega?

Oh, dios. ¿Qué está diciendo?

Me quedé en silencio unos segundos. Pensar en Dave por un momento hizo que comenzara a olvidar todo lo que pasaba.

Mi mente se llenó de Dave.

—¿Madeline? ¿Sigues ahí? —Lisa habló.

—Lo siento.

—Oye... ¿Ya se acostaron? ¿Ya usó tu flor?

Solté una carcajada.

—¿Mi flor? Eso suena patético, Lisa. No puedo creer que la llames flor.

—Oh, vamos, responde.

—¿Por qué tendríamos que acostarnos?

—Porque tú y él tienen demasiada tensión...

Entonces la llamada se cortó.

Deje de escucharla.

Y yo ya no tenía más monedas.

Mi estado de ánimo comenzó a decaer nuevamente.

No sabía que debía de hacer.

Estaba amenazada.

Cualquier cosa que intentara hacer en contra de Leo... como resultado llevaría a la desgracia.

Eso desde luego no se lo mencioné a Lisa. Solo hablamos cosas buena, ella volvería a Los Angeles en algunos meses, y yo solo le conté lo que pasaba con mi abuela, pero no podía contarle el desastre en el que estaba metida.

"Si no te casas conmigo, es sencillo, me aseguraré de que tu madre se vaya al infierno, les haré la vida imposible. No intentes hacer algo estúpido, yo no estoy para juegos..."

Esas fueron las palabras de Leo.

Y estaba aterrada.

Una parte de mi me decía que solo era un fanfarrón. Pero otra parte de mi, me hizo temer peor que en una película de terror.






~●~







La abuela ya estaba en casa.

Ella me miraba algo deprimida, pero aún así trataba de dar lo mejor de ella y mostrarme una dulce sonrisa cada que me miraba.

—Dave fue a verte. —le dije mientras la arropaba.

—¿De verdad? ¿Por qué no me dijiste antes? —preguntó  con alegría.

𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora