nueve

559 52 7
                                    

MADELINE



David. David Ellefson.

Era un chico encantador. Pude enamorarme de él. Tenía unos hermosos ojos y una linda sonrisa. Y su carácter, bueno, una dulzura. Era carismático, amable, sonriente casi todo el tiempo; simplemente era fantástico. Vivía solo. Tocaba el bajo. Era inteligente. Y parecía independiente. Pero también, como Dave, tenía un problema pequeño con la hierba y el alcohol. Pero él sabía medirse, según por lo que él decía.

Al parecer a Dave pelirrojo si le agradó su vecino molesto, y ambos se habían convertido en socios  y compañeros de banda.

Gracias a mí, Dave tenía bajista, si no le hubiera abierto los ojos de que tenía a un bajista como vecino, probablemente él hubiera ido a romperle la cara a ese vecino.

Dave era medio temperamental e idiota.

David se había ido hacía unos minutos, solo éramos Dave y yo. Comíamos pizza sentados en su sofá.

—¿Me acompañas mañana a la lavandería? —preguntó con la boca llena Dave.

—Sí —respondí igualmente con la boca llena.

—¿Por qué no te quedas a dormir?

Casi me atraganto con su petición.

Mastiqué con rapidez y lo miré.

—¿Te da miedo quedarte solo, pelirrojo?

—No, estúpida pelirroja. Solo... —se encogió de hombros. -—Se me ocurrió que sería buena idea. Aparte, si estás aquí, no me embriagaria, porque creeme, tengo unas ganas enormes de embriagarme.

Y yo no quería que Dave se embriagara.

Tal vez era un pretexto.

—Deja llamo a la abuela para avisarle —respondí inmediatamente.

—Bien —y le dio un mordisco a su rebanada de pizza.

Estaba nerviosa. La última vez que me quedé a dormir con Dave en su antiguo departamento, había sido un año atrás. Cuando yo no estaba confundida con mis sentimientos hacia Dave... Pero rayos, el idiota me estaba resultando bastante atractivo. Y el beso de la noche pasada, lo estaba empeorando todo en mi cabeza.

—¿Por qué mirabas tanto a Ellefson? —preguntó sin mirarme.

—¿Qué no puedo? El hombre está lindo —respondí con incredulidad.

Noté cómo rodó los ojos.

—Es un niño, ¿cómo te va a gustar un niño?

—No es un niño, y yo no estoy tan vieja, imbécil.

—Entonces, ¿piensas salir con él?

Solté una carcajada.

—Qué me haya parecido atractivo no significa una mierda.

—Bueno, creo que es gay.

Solté una carcajada.

—Dave, ¿hablas enserio?, ¿qué está mal contigo, hombre? —pregunté con burla. — Con cada hombre que salgo, me adviertes lo mismo, y sí, uno me salió gay, pero eso no significa que los demás también lo sean. Aparte, tu sales con pura hija de puta y nunca te digo nada.

—A ti no te agradan las mujeres con las que salgo porque están bien dotadas, y tú no estás tan buena como ellas, tal vez eso te molesta.

Reí una vez más.

𝕻𝖗𝖔𝖒𝖎𝖘𝖊𝖘 ☆𝕯𝖆𝖛𝖊 𝕸𝖚𝖘𝖙𝖆𝖎𝖓𝖊☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora