Capítulo 2

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Victoria estaba parada en la puerta con una máscara en su mano y mirando a Mandy como si fuera un ser extraño.

—Señora Anderson, es algo de plástico, no la va a morder— levantó la cara de un gorila, demasiado real, era parte de nuestra broma, de la cual mi tutora legal -desde que puedo recordarlo- se acababa de enterar, o al menos sospechaba algo, supuse que tenía la mejor amiga del mundo.

—¿En qué andan ustedes dos?— preguntó Darren, ambas nos miramos con sorpresa ¿era tan evidente? Solo planeábamos una pequeña venganza, su hermano nos había hecho sufrir y pensábamos que debía pagar.

—No lo entiendo, señor Morgan— de las dos, Vi era mejor que yo para aparentar inocencia, era buena actriz, tal vez porque estudió actuación de niña.

—Ignoralo, Vi, vamos a mi cuarto— ella asintió hacia los adultos del lugar en forma de despedida antes de empezar a seguirme, Dana no se hizo esperar y comenzó a seguirnos para enterarse de todo como la pequeña metiche que era —Atrás Satanás— puse mis manos en su frente y la empuje un poco hacia atrás, esperando que la lenta de mi amiga ingresara al cuarto —Mantente alejada, enana— le sugerí al ver su sonrisa y la forma en que sus ojos se abrieron con sorpresa, fingida obviamente, no había desperdiciado las horas de niñera y la había analizado, podía decir lo que ese pequeño ser estaba pensando y no era nada bueno.

—Vamos Soph, hay cosas que hacer— comenzaron a jalarme hacia atrás. Dana casi consiguió entrar, pero pude cerrar la puerta antes, pero eso no la detuvo, comenzó a girar el pomo de la puerta, logré asegurarlo, mi amiga solo se reía al ver como una niña me desafiaba, no era nada gracioso para mí.

—Debe ser genial ser hija única— le dije y me senté en la cama mientras ella tomaba asiento frente a mi computador y lo encendía.

—No sé, nunca lo he sido. Además, básicamente lo eras hasta hace 5 años y vivías quejándote de eso— me recordó.

Puse los ojos en blanco y suspiré, era cierto, solo que en ese entonces no veía tan mal compartir tiempo con alguien que tuviera casi mi edad, no que fuera quince años menor.

—Esos eran los buenos tiempos, amiga— ella rió y empezó a cliquear algo en la pantalla.

—Sí, sí, ahora, tiempo de la acción— ella me interrumpió y cambió de tema —He estado vigilando al objetivo, parece que asistirá a una fiesta, así que la habitación estará vacía y perfecta para dejar el señuelo— comentó mientras leía la página de facebook de su hermano.

—Pensé que vivían juntos— apunté mientras me acercaba a ella y leí el más reciente estado de su hermano.

"¡Fiesta este sábado en casa de Bruno! ¡No olviden el alcohol, p...personas!" bueno, no decía eso exactamente, pero mi mente lo leyó de esa forma, si lo leía con todas las faltas de ortografía que tenía, abreviaciones y como había llamado a sus "amigos" de facebook, básicamente vomitaría, había que enseñarle a algunos que las normas de ortografía existían por algo, y tal vez no era la mejor aplicándolas, pero al menos me esforzaba en mejorarlas.

—Finjo estar enojada para que no sospeche, si me olvidara de todo de repente, estaría muy prevenido, tengo que andar con pies de plomo— asentí, era razonable.

—Touche— respondí —Bueno ahora ¿Cuál era el plan?— una sonrisa malvada se plasmó en su cara, definitivamente no auguraba nada bueno..

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—Odio a Bruno, ¿en serio debemos ir?— me quejé después de escuchar todo lo que ella tenía planeado, lo cual era realmente simple, pero tuve que someterme a escuchar su discurso de por qué funcionaria.

El PianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora