Capítulo 50

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¿Qué me pongo? ¿Por qué justo hoy nada parece combinar? No es como si él no me hubiera visto recién levantada o sudada, lo que equivale a "fatal" en casos extremos. En fin, el punto es que quiero que vea mis hermosas piernas recién depiladas y suaves de la crema humectante, preciosas.

—¿Vestido o falda?— sostuve las dos prendas frente a mi —Lo positivo del vestido es que no tengo que pensar con que camisa lo combino y ya estoy hablando sola en voz alta, me he superado.

Sacudí la cabeza, tomé el vestido azul oscuro, mangas largas, la falda volaba un poco y era ajustado en la parte superior, perfecto, me hacía sentir hermosa y cómoda, que era lo más importante. Me puse unos shorts debajo porque no había forma de que se la dejara dificil a Connor y porque odiaba cuando los asientos de los autos me causaban marcas en la piel.

Protector solar, máscara para pestañas, base y labios rojo como maquillaje, hubiera querido hacer un poco más, pero tenía hambre y las manos me temblaban tanto que no lograría finalizar mi maquillaje antes de que mi hermoso novio, que finalmente me escribió, llegara.

—¿Por qué estás despierta?— Darren me miró como si un ser humano extraño.

—Porque no estoy dormida.

—Graciosa— bufó —No te levantas antes de las once de la mañana un domingo, ahora di la verdad.

—Porque me voy en busca del amor— dije con un tono cantarin.

—Compadezco a quien sea la victima al otro lado de tu búsqueda del amor— me pasó un plato con un pan y un poco de huevo.

—Yo también, pero si se queda es porque quiere ser la victima— alcé mis cejas de forma insinuante.

—Supongo— se encogió de hombros y se sentó con un plato de comida a mi lado —¿Cómo están yendo las clases?

—Bien— metí un pedazo a mi boca y lo mastiqué bien antes de elaborar el complemento de mi respuesta —Creo que hice un nuevo amigo, aunque es bastante más raro que Victoria, lo cual es ya decir mucho— él rió sobre ello —Uno de mis profesores está como lo recetan los doctores, bueno, los buenos doctores— me encogí de hombros —Supongo que todo va bien.

—¿Y tus citas con el psicólogo?

—Como siempre— lo miré por el rabillo del ojo, nunca me preguntaba tanto sobre mi vida, era extraño su repentino interés —¿Algo que me quieras decir?

—No, solo...— suspiró —No has estado tanto en casa como antes, entonces estaba algo preocupado de que algo estuviera marchando mal, solo eso— alzó uno de sus hombros y comió algo de su plato.

—Supongo que es extraño, pero iba a pasar en algún momento ¿no?

—Sí, tenías que crecer.

—Danna también va a crecer.

—Lo sé, pero si es al menos la mitad de buen ser humano que eres, creo que...— tomó un cuchillo y abrió la mantequilla —...todo va a estar bien— le echó mantequilla a su pan.

—¿Crees que soy buena persona?— ladeé la cabeza, era información nueva para mi.

—Que te falte un filtro y seas expreses tu opinión de forma tan abierta no te hace mala persona, tal vez un poco de sensibilidad no te vendría mal, pero no lo necesitas.

—Wow— miré mi plato —Creo que es la primera vez que alguien me dice eso.

—¿En serio?— lo miré —Extraño, porque tus tías me lo dicen todo el tiempo— me sonrió —Ellas están orgullosas de ti.

El PianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora