Sábado 5 de agosto del 2017
—Pregunta— miré a Victoria quien estaba sentada en el puff gris con Orión en su regazo, a veces sentía que mi perro quería a cualquiera más que a mi.
—¿Qué?— continue picando el pimiento rojo para sofreír con la carne que yacía en un bol en la nevera llenándose de sabor de las especias que le había agregado.
—¿Por qué gastas tanta energía en la comida?— detuve el cuchillo a medio camino y miré a mi mejor amiga sin comprender —Quiero decir, el plato principal eres tú ¿qué importa si le falta sal a la carne?
Reí por las ciertas y sinceras palabras, sí, en general yo era el plato principal, o ese era mi plan, pero eso no quiere decir que voy a dejar que el pobre ser humano que es Connor Foreman aguante hambre después de estar en la negociación de un contracto todo el día, esperaba que al menos esta vez lograran firmar.
—En teoría, pero quiero alimentarlo bien, además de que a mi también me gusta comer, yo no sé a ti— me encogí de hombros.
—¿Me vas a dar de comer?— la vi acariciar a Orión mientras preguntaba.
—De lo que estoy haciendo no, pero tengo galletas si quieres— alzó la cabeza y me miró mal, no pude evitar reír —Es mi aniversario de un año de novios ¿crees que mi comidita irá a parar a tu estómago?— la vi abrir la boca, pero la interrumpí antes de que pudiera decir algo —Pues no, no va a pasar.
Connor y yo cumpliamos un año siendo novios, un año desde que él me lo pregunto y yo dije que no, pero la verdad era que quería decir sí y dije sí, pero de otra forma, así, como usualmente soy.
Aunque no vivíamos juntos y aun habían noches que no pasabamos juntos, usualmente él se quedaba a dormir en mi apartamento, a veces sentía que iba a su casa por ropa para cambiarse. No podía quejarme, me gustaba la dinámica, me gustaba cuando sacabamos juntos a Orión después de que llegara del trabajo, me gustaba que aún compartiera tiempo conmigo, que no me había vuelto una carga, que él no me permitía sentir así, me gustaba mi vida.
—¿Por qué la cena es hoy si es mañana el día oficial?— Victoria cambió de tema.
—Porque mañana es domingo y el lunes él tiene que madrugar, no sé exactamente de qué, pero sé que tiene una reunión importante— dejé el cuchillo y me lavé las manos —Además de que debo ir a ver al abogado— tome un paquete de galletas de chocolate de la alacena y se las arroje a Victoria, quien se quejó en el momento en que hubo un impacto en su frente.
—Gracias, perra— se sobo el área afectada y dejó que Orión huyera de sus garras, también había asustado a mi perro.
—Con gusto, perra— le saqué la lengua y caminé hasta la nevera para coger las verduras para la ensalada, además del ajo para la carne.
—¿Lograste que te dieran el fideicomiso antes?— comenzó a comer.
—Eso es lo que me va a decir, se supone que era a los dieciocho años, pero ya sabes, los problemas con mis tías hicieron que lo cambiaran hasta los veintiuno y sí, faltan pocos meses, pero lo necesito ya.
Quería comenzar un negocio de decoración de interiores, aunque fuera pequeño, pero para ello necesitaba capital, y para conseguirlo necesitaba acceso al dinero que me dejaron mis padres. Podía pedir un préstamo en el banco, pero mi vida crediticia es inexistente, se lo podría pedir prestado a Connor, pero la verdad no quiero comprometer su nombre, así que quería así sea un poco de capital, al menos algo que pueda invertir y multiplicar.
—Entendido— mordió una galleta —No olvides invitarme a un helado cuando te den el dinero— me señaló haciéndome reír.
—No lo olvidaré— puse el sartén en el fogón antes de echarle solo un poco de aceite.
ESTÁS LEYENDO
El Pianista
RomanceSophia Jones es todo lo que no esperarías que fuera, al menos con un pasado como el suyo, es alegre, extrovertida, sarcástica y básicamente nunca se calla. Connor Foreman es todo lo contrario, no habla, trata de no expresar nada y está tratando cons...