Capítulo 26

5.1K 534 149
                                    

—¡Connor!— gritaron desde la puerta, evitando que yo siguiera con mi protesta.

Solté el aire que estaba sosteniendo, era frustrante no poder quejarse en paz, hasta para eso aparecía alguien que salvara a Connor de ser insultado sutilmente. Miré la figura en la puerta, una señora de unos cincuenta años estaba allí parada, muy bien vestida y definitivamente con tacones de cinco centímetros, se parecían a las sandalias bajas que Molly usa, -bueno, las más bajas que usa- su pelo estaba cortado, casi parecía un corte de hombre, pero luego recordé que es algo que suelen hacer las mujeres cuando les llega la menopausia.

Cuando sea grande quiero ser una viejita como ella, con estilo, aunque técnicamente no es una viejita, sí está en la tercera edad, pero apenas está saliendo de la edad media, eso sonó a que estaba en otro siglo, aunque sí, nació en otro siglo, yo también, muchos adolescentes también y estoy divagando ¿por qué estoy divagando? Cierto, porque Connor me dijo incordio, ese desgraciado con cuerpo de dios, como lo odio-deseo o ¿es deseo-odio?

—Buenas tardes— ella saludo con amabilidad, mirándome brevemente para reconocer mi existencia y luego mirando a Connor.

—Buenas tardes— respondí, estaba incomoda, no me gustaba conocer gente, no me gusto conocer a Connor al principio o compartir sesión con él, pero termine aceptándolo y las cosas no resultaron tan mal, no me veía haciendo lo mismo con la señora frente a mí.

Di un paso atrás y me ubiqué parcialmente tras de Connor, tomé su camisa entre mis manos, estaba bastante tenso, casi podía jurar que nunca lo había visto parado tan derecho.

—Es un gusto que estén aquí— sonrió —Soy Ofelia Foreman, la madre de Connor— la camisa entre mis manos de repente se sentía más tirante.

Esa fue una completa sorpresa para mí, no esperaba que aquello pasara, y al parecer mi guía tampoco.

Esto es un poco pronto para conocer a la suegra, creo que primeros debimos establecer el titulo de novia antes de dar este paso, pero las cosas con Connor nunca son normales y no estoy segura de si me gusta o no, aunque la suegra no luce tan mal, me pregunto si le gustara que la llame suegra, o ¿eso le daría a entender que su hijo hace cosas conmigo? No muy limpias, pero sí muy ricas.

—Soy Sophia Jones, una amiga de Connor— la mano que no estaba agarrando la prenda de ropa de Connor fue estirada de inmediato, creo que era más por educación que por cualquier otra cosa.

—Es un gusto conocerte, mi hijo hace mucho tiempo no traía visita— estrechó mi mano, sentí lo suave de su piel, me planteé si era algo de familia o ella fue la que lo asesoró de la marca de hidratante, si era lo primero, solo mis hijos serían beneficiados, si era lo segundo, probablemente hasta le pidiera la receta de lo que fuera que usara para las arrugas, porque tenía muy pocas.

—Sí, créame que para mí también es una sorpresa— y más porque con su presencia acababa de desechar la teoría que me estaba planteando de la muerte violenta o el abandono de su madre, solo quedaba chequear si su padre seguía vivo para dejarme como a West, confundida.

—Supongo que no esperabas encontrarte con la madre de Connor— estuve a punto de decirle que ni siquiera sabía que tenía madre, pero me mordí a lengua, no sería muy lindo.

—No en realidad, Connor no es muy comunicativo— a menos que sea con sus dedos, con ellos siempre me comunica algo.

—Sí, lo sé— se perdió un momento en sus pensamientos.

Aproveché y miré a Connor, él miraba al piano con demasiada atención, evitando la mirada de las otras dos personas en la habitación con él. No me gustaba verlo así, era como verme a mí y definitivamente no era lindo, a menos de que estuviera leyendo un libro y perdiéndome en las historias.

El PianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora