—Podrías ser psicóloga— Vic sostenía un folleto en su mano mientras me miraba con expectativa.
—Qué piensas de un no— miré las imágenes en mis manos —No hay forma, apenas puedo con mis problemas para lidiar con los de otros, además un noventa por ciento estudia psicología para arreglar sus problemas, gracias, pero no quiero ser parte de una estadística— tome una papa frita y la lleve a mi boca, era tan deliciosa, no podía creer cómo había gente que se abstenía de consumirlas para no engordar.
—Lamento decírtelo, pero somos más estadísticas que personas— Victoria también estaba comiendo —¿No te interesa el arte? Podríamos estudiar juntas— soltó casualmente.
—¿Quieres estudiar arte?— la miré, sabía que era algo importante para ella.
—Bueno, sí, me gusta pintar y soy buena en ello así que dije: ¿por qué no?— se encogió de hombros antes de cubrirse la cara.
Reí por su repentino ataque de modestia, antes de tirarme sobre ella y abrazarla, finalmente había creído en su talento y en su potencial.
—¡Finalmente se te prendió el bombillo!— la estruje con fuerza, no me importaba si dejaba de respirar mientras yo fuera feliz.
—¡Aléjate, bestia!— empezó a patalear.
Quejándome la solté, pero no pude evitar sonreír, era increíble el brillo de sus ojos, realmente estaba feliz y emocionada con su decisión.
—No estoy muy segura si voy a ser la mejor, pero quiero hacerlo— se ruborizó, era extraño, Victoria se avergonzaba con cosas como sus habilidades para hacer algo y realmente sabía hacerlo bien, pero cuando hablaba de algo sexual, era como si hablara del clima.
—Lo vas a ser, quiero decir, nadie hace palitos y bolitas como tú— me reí mientras ella tomaba la almohada para golpearme.
—Eso fue grosero— bufó.
—Eso fue la verdad— volví a tomar algunos papeles, quería seguir estudiando la oferta académica.
Ni siquiera estaba muy segura de que era lo que me gustaba, me gustaban los número, pero no estaba segura si era lo que quería hacer toda mi vida, era realmente buena editando videos, pero no estaba segura tampoco, aunque amaba leer no creía que aprenderme la constitución y las leyes fuera lo mío, tampoco hablemos de pararme en público y dar un discurso o presentar algo. Suspiré, por otro lado armar cosas no sonaba tan mal, la arquitectura podía ser una opción, puse a un lago el folleto con el pensum académico de la carrera.
—¿Arquitectura?— preguntó Vic mientras tomaba la hoja que yo acababa de dejar en la cama.
—Sí— respondí simplemente.
—Sería genial, las dos dibujaremos, solo que tú casas y yo obras de artes— reí, ni siquiera había pensado en ello.
Tomé un sorbo del refresco en la mesa de noche, estábamos sentadas en la cama de Vic estudiando las posibilidades, podría ser una decisión importante que me acompañaría siempre o una de la que me arrepentiría en un par de meses, esperaba que la primera opción.
—Tengo miedo— la voz de Vic llamó mi atención —¿Y si fallo? o ¿y si no es lo que quiero? O incluso peor ¿y si me arrepiento?— comenzó a morderse las uñas, un vicio molesto que tenía cada vez que se ponía nerviosa.
—Deja de morderte las uñas— retiré su mano de su boca —Es asqueroso y te quita tu tan preciado glamour— rodé los ojos —Hey, está bien estar asustada, digo, lo estoy todo el tiempo, cada paso que doy es medido y estudiado minuciosamente, pero ni eso va a detenerme— tomé sus manos para que me mirara —Vamos a hacerlo juntas ¿está bien?— ella asintió —Y si fallamos, lo hacemos juntas. Al final un tarro de helado siempre va a estar esperándonos— finalmente su expresión pícara volvió a ser la misma, se tiró sobre mí riendo.
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El Pianista
RomanceSophia Jones es todo lo que no esperarías que fuera, al menos con un pasado como el suyo, es alegre, extrovertida, sarcástica y básicamente nunca se calla. Connor Foreman es todo lo contrario, no habla, trata de no expresar nada y está tratando cons...