—Buenos días— besé la espalda de Connor antes de rodear su torso desnudo con mis brazos y apoyar mi frente contra su piel —Huele delicioso ¿qué estás cocinando?— asomé mi cabeza por su hombro y miré a la sarten sobre el fuego —Huevos revueltos, lindo— conservé mi posición mientras él seguía cocinando.
—Buenos días por la mañana, veo que ya nos están haciendo el desayuno— miré sobre mi hombro para encontrarme a un Paul despeinado, con lagañas, una pantalón corto rojo y una camisa verde, navidad había llegado a su guardarropa.
—Buenos días y feliz navidad— mi mejilla estaba pegada a la espalda de mi novio, a quien pude sentir reír sin dejar de mover los utensilios de cocina.
—¿Feliz navidad?— su ceja alzada me hizo notar que no había entendido mi comentario.
—Si tengo que explicar el chiste, este deja de ser gracioso— la espalda de Connor vibró con más intensidad, incluso se doblo un poco, pero yo no lo solté en ningún momento.
—No sé porque tengo la sensación de que es algo ofensivo— Paul ladeó la cabeza.
—Como tu sentido de la moda— Connor no aguantó más y soltó una carcajada, que realmente fue contagiosa, no pude evitar reír con él.
—No entiendo— el hombre de la navidad se rascó la cabeza, no estaba segura de que haya sido de manera consciente.
—Cariño, solo tienes que mirar tu ropa— una muy embarazada mujer dio unas palmaditas en la espalda de su esposo, antes de besar su mejilla y terminar de entrar en la cocina —Huele rico— de forma distraída pasa una mano por su vientre y no puedo evitar sonreír con ella.
—Lo sé, nuestro anfitrión es el mejor y nos va a alimentar— un beso más en la espalda de Connor Foreman, creo que solo buscaba excusas tontas para tener algún tipo de contacto, aunque en realidad no las necesitaba, él nunca me negaba esos pequeños caprichos, nunca me negaba el sentirlo.
—Es genial ya no tener nauseas, antes no soportaba el olor del jamón, pero ya quiero comerlo todos los días.
—¿Cómo es estar embarazada?— no era que particularmente estuviera interesada en comenzar a gestar una vida, pero realmente era interesante escuchar a las personas hablar de sus experiencias, de una vida normal, con muchos buenos recuerdos.
—Depende, el proceso de conseguirlo es maravilloso...— Alana reí un poco ante la presentación del color rojo en sus mejillas, aunque ella fue quien lo mencionó —Da mucho miedo el nivel de responsabilidad, definitivamente no estoy muy encariñada de los vómitos y mareos, además de cuando la piel pica, pero definitivamente amo tener antojos y satisfacerlos— miré su vientre y con ambas manos lo sostenía , su sonrisa era la muestra de cuan feliz estaba por su futuro —Para responder a tu pregunta de una forma adecuada, estar embarazada es una montaña rusa de hormonas, emociones y peso.
—Profundo— le sonreí.
—¿Por qué siento que me han dejado fuera de la conversación?— Paul interfirió, rodeando los hombros de su esposa.
—¿Ah, sigues aquí? Pensé que ya te habías ido a poner el árbol de navidad— su esposa y mi novio rieron mientras yo solo sonreí. Paul ladeó la cabeza y me miró mal.
—Y pensar todo el tiempo que aun tengo que compartir contigo— él sacudió la cabeza.
—Siempre puedes renunciar.
—Tengo una familia que mantener ¿crees que el litro de helado de menta con chispas de chocolate se paga solo?
—No, es un ente inanimado, no se puede tomar decisiones por si mismo, pero tiene un excelente sabor— el amigo de Connor bufó mientras me observaba.
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El Pianista
RomanceSophia Jones es todo lo que no esperarías que fuera, al menos con un pasado como el suyo, es alegre, extrovertida, sarcástica y básicamente nunca se calla. Connor Foreman es todo lo contrario, no habla, trata de no expresar nada y está tratando cons...