Releí la inscripción sin creérmelo aun ¿Yo un "incordio"? lo miré y regresé mi mirada a la inscripción, no podía creerlo.
—¿Incordio? ¿Enserio?— se encogió de hombros y asintió —¿Al menos uno lindo?— él sonrió y volvió a asentir —Está bien, sobrevivirás por ahora— volví a mirar al celular y le hable a Victoria para pedirle el usuario de algunos hombres deseables, admirables, lavables, besables, y así.
No tardó mucho en pasármelos y yo no tarde mucho en seguirlos, ahora sí tenía una buena vista con buenas imágenes.
—Por cierto, si no lo notaste el usuario es "wearesonnor" y la contraseña es Christian West sin espacio y sin mayúsculas, de nada— alzó una ceja mostrando lo poco relevante que era la información para él —Te lo mandaré por mensaje y recuerda subir más fotos esta semana o no aguantaras a West— pasé una mano por mi pelo.
Era extraño como parecía tan despreocupado por el mundo o cualquier consecuencia que pudiera caer sobre él, pero podía decir que en realidad que le importaba y no quería más problemas en su vida.
—Connor Foreman, eres demasiado bueno fingiendo, ¿también lo haces con los orgasmos?— casi escupe su bebida y no pude evitar reír, acababa de obtener el efecto deseado.
Pobre, simplemente era una pregunta que abarcaba todo, si lo hacía en algo tan intimo podía hacer con cualquier cosa, pero no creo que se pueda fingir que se le puso flácido y ya no está duro o que se le salió toda la leche, no, eso no podía fingirlo.
—¿Qué tanto aguantas?— parecía confundido —Con tu mejor amigo duro y trabajando— abrió bastante sus ojos, se nos puso tímido —Soy un incordio ¿no?— asintió —Así que es lo que hago, incordiar a la gente y tú eres la persona que tengo más cerca, responde— rió y negó con la cabeza, tomó el lapicero y otra servilleta.
Ni en la escuela me escribían tantas notas, debería sentirme feliz de que Connor sea capaz de mover su mano solo por mí, eso no sonó tan bien como esperaba, bueno, era solo un pensamiento y ahí se iba a quedar, no es como si alguien fuera a leerme los retorcidos pensamientos, él no era un vampiro, y era una lástima, porque si brillaba en el sol, podría venderlo a un circo, pero no, Connor tenía que arruinarlo todo siendo medio normal.
Me entregó el papel, lo sostuve entre mis dedos un momento, no estaba lista para leerlo, no quería desilusionarme con unos cuantos minutos.
"Eso, tendrás que averiguarlo, tengo un auto, o he visto una puerta para el baño por el pasillo, tu dime" boqueé como un pez, ser un incordio acababa de volverse en mi contra, hacerlo sentir incomodo había sido un éxito, pero no del todo.
Respira, respira, cierra la boca, cierra la maldita boca Sophia, deja tu cara sin expresión, vamos, tú puedes, solo es una cara, no es tan difícil de manejar, niña, listo, ahora, finge leer la nota sin leerla, no, así no, no la leas, enfríate, o te imagines cosas que no son, no aun, se normal por una vez en tu vida.
El discurso que me daba no funcionaba, había logrado cerrar mi boca, y calmar mi cara, pero no pude evitar el calor y el rojo que probablemente se instaló en mi cara, tampoco pude evitar el releer la nota una y otra y otra vez, era casi imposible para mí.
—Está bien, tengo una pregunta— movió su cabeza para que continuara —¿Es una invitación inmediata o a largo plazo?— ¡¿Qué mierda acababa de decir?! Yo no quería decir eso, era un mente pervertida en un mundo de personas de fácil impacto, pero no pasaba de ahí, de la mente, eran pensamientos, solo eso, Connor tenía algo, seguro me drogaba para que no pudiera guardar nada en mi bella cabeza, seguro era eso.
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El Pianista
RomansaSophia Jones es todo lo que no esperarías que fuera, al menos con un pasado como el suyo, es alegre, extrovertida, sarcástica y básicamente nunca se calla. Connor Foreman es todo lo contrario, no habla, trata de no expresar nada y está tratando cons...