—I just wanna play my music— canté mientras el auto se estacionaba frente al edificio donde vivía, la radio dejó de sonar y yo bufé, no quería entrar, estaba pasando un buen momento con Connor y estando rodeada de Connor y besando a Connor y toda acción que tenga que ver con Connor, incluso esa que empieza con fo y termina con llar.
Miré a mi compañero de viaje, me miraba con las cejas levantadas, yo imité su gesto, me sonrió, y después decían que yo era la rara.
—Pareces un psicópata a punto de atacar, o un vampiro, si eres lo primero, por favor, no en la cara y si eres lo segundo, en la yugular por favor— ladeé mi cuello mostrándole el punto exacto donde quería la mordida.
Para mi sorpresa sí recibí algo en el cuello, pero no fue precisamente una mordida, los labios de Connor acariciaron levemente mi piel, haciendo que cada pelo de mi cuerpo se levantara, estaba en estado de alerta.
Fue un beso largo, y estaba segura que de repente la presión había aumentado en ese punto, me estremecí cerré los ojos y disfrute el cosquilleo que allí sentía.
La presión se fue, pero antes de abrir los ojos, los labios de Connor estaban en los míos, besándome suavemente, me obligaba a ser partícipe del juego y no una simple espectadora.
Lo miré a los ojos y besé su nariz, me sonrió, nunca me cansaba de ver esa expresión en su rostro, la manera en que sus ojos se iluminaban y su rostro parecía más joven, definitivamente era una muy buen sensación.
—¿Nos veremos donde West?— en realidad quería verlo todos los días, pero sabía que él debía trabajar y acompañarme a matricularme debió interferir en su horario de trabajo.
Connor negó haciéndome fruncir el ceño, seguro estaba jugando conmigo, no era posible que no fuera a ir a la cita.
—¿No? ¿Estás jugando?— volvió a negar —¿Vas a faltar a la sesión?— él simplemente asintió —¿West lo sabe?— otro movimiento de cabeza afirmativo —¿Por qué?— la última pregunta salió casi como un murmuro, era como si tuviera miedo de que dijera que era la última vez que nos veíamos, tenía miedo de haberlo arruinado con su familia, siempre lo arruino todo.
Él se recostó en su asiento antes de suspirar, pase una mano por mi pelo intentando calmarme, desate el cinturón de seguridad, suponía que era mejor estar lista para huir.
Connor de repente se puso en movimiento, comenzó a buscar algo en su guantera, era realmente extraño, parecía desesperado, incluso su frente estaba algo fruncida. Había un lapicero en su mano, escribió algo es su palma antes de mostrármelo.
Seguro quiere que me quede ciega, sí, debe ser eso, porque debe notar que estamos en un auto y aun con las luces de afuera no hay total nitidez, pero claro, como seguro tengo los ojos de un vampiro para ver en la oscuridad, o seguro piensa que siempre llevó en mi bolso uno de esos binoculares para ver en la oscuridad -de repente se hizo la luz- bueno, parece que entendió que soy una simple humana.
Con la luz interior del auto encendida pude leer lo que estaba escrito en su mano: "viaje de negocios".
—Bueno, eso lo explica todo— lo único malo del asunto es que tendría que ver a West yo sola y seguro iba a preguntarme sobre mis sentimientos y esas tonterías —¿Es fuera del país?— no sabía muy bien cómo funcionaban los viajes en el trabajo de Connor, ni siquiera estaba segura de que hacía Connor, solo sabía que trabajaba en una disquera.
La respuesta a mi pregunta fue otra asentimiento, a veces deseaba sacudirlo y conseguir una respuesta, quería que hablara, quería que me hablara, pero, él no iba a hacerlo, no hasta que afrontara que el pasado no podía ser cambiado y que no debía autocastigarse, pero yo no era su madre y estaba segura que ni su madre tendría ese poder sobre él.
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El Pianista
RomanceSophia Jones es todo lo que no esperarías que fuera, al menos con un pasado como el suyo, es alegre, extrovertida, sarcástica y básicamente nunca se calla. Connor Foreman es todo lo contrario, no habla, trata de no expresar nada y está tratando cons...