Capítulo 56

4.6K 509 126
                                        

Giré en la cama hasta quedar de frente mirando a Connor, quien dormía como si no hubiera ningún problema en el mundo, yo quería dormir de la misma forma, mi cabeza no para de resonar y pensar ¿Todo había sido un sueño? Llevé mi mano a mi frente y cerré los ojos, parecía casi irreal, hace un par de horas la euforia se apoderó de mi cuerpo, y solo hasta ahora venía a caer en cuenta. Estaba en una habitación oscura por las cortinas que bloqueaban la luz del sol pensando si mi mente no había jugado conmigo.


—¿Dónde está la grabación, Foreman?— comencé a tocarlo por todo el torso y a buscar en los bolsillos de su traje —A ver, muéstrame ¿de dónde tienes una grabación?— la sonrisa del aludido solo me creo más confusión.

Todo el mundo estaba gritando, felicitándose, los fuegos pirotécnicos causaban aun más ruido de fondo ¿y yo? Yo parecía entumida solo con labios y brazos moviéndose, mientras mi mente estaba en pleno corto circuito ¿qué demonios?

—Yo...— me llevé las manos a la cara antes de llevarlas a su rostro —Si es una broma, es de muy mal gusto, no me gusta, no te hagas golpear, Connor Foreman, dime que no estoy soñando, que no estoy alucinando y que definitivamente nunca jugarías con mis sentimientos, por favor— mis manos no se apartaron de su rostro, ni siquiera aunque él puso sus manos sobre las mías.

—No estás soñando, no estás alucinando y jamás jugaría con tus sentimientos, ¿contenta?— sus palabras salieron de forma lenta y con dificultad, incluso al final se aclaró la garganta como si le molestara.

Abrí la boca para decir algo, pero simplemente no pude, simplemente no tenía la habilidad para expresarme en ese momento. Ni su ceño fruncido me hizo entrar en acción. Sus manos abandonaron las mías y se posicionaron en mi rostro, estaba acariciando mis mejillas, bueno, limpiándolas, mis lagrimas no dejaban de salir.

—A veces te odio, Connor— mis manos comienzan a bajar como si perdiera fuerza —Pero te amo con la misma intensidad, incluso más— me sostuve de la solapa de su traje y con lo que me quedaba de energía lo atraje hasta mi, apoyé mi cabeza en su hombro, algo incomodo con mi altura actual gracias a los tacones, pero igual no pude evitarlo —Si este es un tipo de broma, te juro que me voy a vengar— comencé a sollozar contra él —Una pésima broma— no dejé de llorar, incluso parecía que mis emociones se intensificaron en el momento que sus brazos me rodearon.

Agradecí tanto que el ruido de la celebración y la felicidad de las personas cubriera mi llanto, porque este momento era privado, era nuestro, no era exactamente cómo quería que fuera la primera vez que Connor me hablara, pero al mismo tiempo eran tan mágico y perfecto que no hubiera cambiado nada, porque aun rodeados de gente, estábamos solos en nuestro mundo.


Me paró de la cama, al fin lo acepto, no voy a dormir más. Caminé hasta la ventana de mi habitación y corrí un poco la cortina, lo suficiente para mirar al mundo exterior, un mundo completamente vacío la mañana del primero de enero. Mi mente está funcionando a mil por hora y no entendía que cambió en nuestra relación significaba que Connor hablara, porque tenía que ser sincera, su forma de callarme podría cambiar, sus miradas pueden perder su intensidad, además estoy aterrada de que alguien más que yo entienda cómo se siente ¿ser egoísta con él me hace una mala persona?

—¿En qué piensas?— su voz era suave y ronca, incluso después de varios vasos de agua, no lograba dejar de sonar como si tuviera dolor de garganta, no me quejaba, realmente me gustaba escucharlo hablar.

—En ti— respondí sin dejar de mirar al exterior —Se siente como un sueño, solo eso.

—¿Yo soy un sueño?— sonreí, siempre supe que era un creído, nunca pensé que lo escucharía vociferar palabras que lo confirmaran.

El PianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora