El Pianista

Capítulo 11

Sonreí mientras veía a Connor parado al lado de su auto con los brazos cruzados, casi pude decir que era un deja vu, pero eso no le quitaba lo bien que se veía.

—Hola— alcé mi mano en forma de saludo, él solo asintió como forma de reconocimiento, no era como si esperara que me abrazara, o besara, o algo así, no, definitivamente no —¿Listo para tocar?— alzó una ceja y dio un recorrido por todo mi cuerpo, me moví un poco incómoda ¿podía considerar aquello como violación visual? —Hablo del piano— levantó ambas manos mostrándose inocente y casi quiero reír.

>>Mejor vámonos— sugerí, Connor abrió la puerta del copiloto como respuesta, entre sin darle muchas vueltas al escáner que hizo de mí y dejando mi bolso en el asiento de atrás. Llevaba un par de cosas para bailar.

Me puse el cinturón mientras observaba como él pasaba por delante, dándole la vuelta al auto para tomar el puesto de conductor, finalmente note que no tenía su chaqueta negra puesta, en cambio tiene unos pantalones de vestir, una camisa azul doblada hasta los codos y una corbata negra.

Puedo ver sus codos con la camisa así, se ve tan casual y sin perder el estilo, seguro que se vería mejor sin corbata y sin camisa, sin ropa en general, podría plantearle de tarea a West el tener que verlo solo con ropa interior, porque probablemente cometa un delito al verlo con su traje de nacimiento, aunque ¿cómo puede una mujer violar a un hombre? Sacudo mi cabeza, me resulta ya casi normal perderme en mis pensamientos cuando estoy cerca de Connor Foreman o pensando en Connor Foreman, no sabría decir si aquello era bueno o malo.

Cuando volví a la realidad, encontré a Connor mirándome fijamente, mis mejillas se tornan calientes, al recordar que estaba planteándome tomar su cuerpo, era algo bastante nuevo el tener pensamientos tan radicales y tal vez poco efectivos.

—Entonces...— me aclaré la garganta —¿A dónde vamos?

.

Fruncí el ceño, no era que esperaba que Connor me llevar a su casa, bueno, en realidad sí lo esperaba, sabría que no íbamos a hacer nada más que la asignación de Christian West, pero definitivamente no me esperaba un estudio de grabación, yo no era cantante y Connor rara vez hablaba así que... ¿qué hacíamos allí?

Foreman le dio la mano al tipo tras el tablero de colores, ni siquiera sabía si tenía un nombre específico, el sujeto me miró después de que el pianista asintiera en mi dirección.

—Hola, soy Jace Palmer— me ofreció su mano mientras se paraba y caminaba hacia mí.

—Un gusto, soy Sophia Jones— le sonreí de una forma amigable, o eso esperaba.

—El gusto es mío, Soph ¿te molesta que te llame "Soph"?— negué, aunque me pareció gracioso que preguntara luego de llamarme así —Está bien— se giró hacia Connor —El piano está listo, tienes la sala por la próxima hora— el receptor solo asintió —Te veo luego— palmeó su espalda, supuse que él también había desarrollado una silenciosa forma de comunicación con Connor, de alguna manera, todos lo hacíamos, después de todo, las palabras no eran lo único que comunicaban —Hasta luego, Soph.

—Adiós— sacudí mi mano.

Una vez solos, observé bien el lugar, donde nos encontrábamos no era un espacio grande, casi podía asegurar que el tablero ocupaba más espacio que la cama en mi cuarto. Luego vi a través del vidrio frente al centro de mando, había un piano, uno precioso, no sabía qué modelo era o cuantas teclas tenía, pero estaba segura que me encantaba cada uno de sus acabados.

Connor abrió la puerta que daba acceso al lugar, me permitió pasar primero, solo le ofrecí una pequeña sonrisa antes de entrar.

Por algún extraño motivo camine directo al piano, casi tuve miedo de tocar sus teclas, pero las ganas de sentirlas era mayor, estaban frías y suaves, eran tan delicadas, la forma que un simple roce provocó sonido me hizo sonreír, increíble como un instrumento musical pudiera hacer tanto, como una sola pieza ya era arte.