Capítulo 49

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—Entonces...— Christian West nos miraba, uno sentado al lado del otro, pero sin tocarnos, esto más por mi que por Connor, ya que él intentó tomarme la mano, pero yo lo evite como una profesional —¿Qué hay de nuevo?— sus ojos saltaban de Foreman a mi constantemente.

—No mucho— me encogí de hombros.

—¿No mucho?— alzó una ceja —¿Entonces la imagen de Connor con un perro no es nada? ¿Y que hay de tu primer día de clase?— tomó su barbilla entre dos de sus dedos.

—Señor West, si usted ya sabe todo eso ¿qué espera que le digamos nosotros?— sonreí como la dulce ángel que no era.

—Siempre lista para responder— ladeó la cabeza —¿Qué piensas tú, Connor?— miré al aludido quien solo se encogió de hombros —He estado pensando y creo que es hora de que vuelvan a las sesiones en solitario— fruncí el ceño —Veo que han progresado mucho, pero sé que hay cosas que tengo que tratar en privado contigo Sophia, claro, si aun tienes la idea de irte a vivir sola— miré las manos en mi regazo y las observe jugar entre ellas —¿Es aun tu intención, Sophia?

Tomé aire, ese aun era mi deseo, pero no sabía que las sesiones dobles iban a terminar, aun podía ver a Connor por fuera del lugar, incluso ya lo haciamos, pero tenía la sensación de que no sería tan seguido como antes, ya no estábamos obligados a pasar al menos una hora a la semana juntos.

—Sí, aun es mi intención— miré a West, no fui capaz de sonreír —Es lo que más deseo ahora mismo— los dedos de Connor se entrelazaron con los míos y mi mano fue apretada levemente.

Deliciosos dedos que saben cómo y cuando tocarme, incluso en las situación más extrañas y las más excitantes y ya estoy pensando cual será la próxima pieza musical que toque sobre mi piel y estoy mal, ni siquiera West logra que controle mis pensamientos.

—Entonces esta será la última vez que los vea juntos, al menos en consulta.

No se sentía del todo bien, pero entendía la intención, para que haya cambio las cosas no pueden estar igual, siempre obligada a salir de mi zona de confort, me pregunté que pensarían si supieran que hace tiempo no sé que es lo que es estar completamente segura de que todo seguirá igual, y más cuando se lleva años esperando.

—No luces muy contenta, Sophia.

—No sé cómo sentirme.

—¿No te gusta esta decisión?

—¿La verdad?— él asintió —No.

—Muy bien— se quedó callado un momento —¿Qué quieres hacer?

—Quiero seguir teniendo consultas con Connor, pero sé que no seré capaz de decirlo todo frente a él, no aun— no tuve que mirar al lado para saber que Foreman me estaba mirando y que sus ojos transmitían preocupación —Si es la mejor opción, la tomo— mi mano fue apretada y recordé que aun lo tenía ahí y que él sostenía mi mano, y no parecía tener la intención de soltarla.

—¿Estás segura?

—Tanto como voy a estarlo.

—Es un buen comienzo— miró a mi lado —¿Estás de acuerdo, Connor?— lo miré y el asintió mirando al psicólogo —Perfecto, el próximo viernes es tu consulta en solitario, a la misma hora y Connor, solo nos veremos una vez a la semana, creo que es más que suficiente para ambos— la comisura del labio de Foreman se alzó, amaba que disfrutara incomodando a la gente, yo lo hacía.

>>¿Cómo fue tu primer día de clases?— al parecer, West decidió ignorar el haber tenido una respuesta gestual de Connor Foreman, eso me parecía curioso, nunca lograba tener mucho de él, y ahora que lo había conseguido, lo asimilaba como si fuera la cosa más normal del mundo ¿estaría bien el individuo o los pisotones de Molly ya se le subieron a la cabeza? Tardaron, pero llegaron.

El PianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora