Capítulo 78

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NARRA DANIEL

Ella y ese chico fueron a sentarse en una mesa y Ángela dijo: Ya estamos aquí. Yo me puse la mano en la cabeza. Soy imbécil. Había sacado tantas conclusiones sobre ella y ese chico que ni si quiera había tenido la oportunidad de razonar. Ellos se sentaron con la pareja que tendrían unos cuarenta,cuarenta y pico años. Esa pareja,fueron los mismo que atendí antes y dijeron que estaban esperando a sus hijos. Ese chico es el hermano de Ángela. Había odiado a ese chico por un momento y ahora incluso me caía bien. Ya entendía la razón por lo que había echo Ángela. Estaba con sus padres y su hermano,tenía que ser vergonzoso para ella.

- ¡Perdona! - me llamó el padre de Ángela - Tú eres el camarero,¿no?

- Sí,sí,pueden pedirme a mí.

- Es que eres tan joven hijo que no parece que trabajes aquí.

- Te lo he dicho Juan,es el chico que nos a atendido antes - dijo la madre.

Toda esta discusión y yo llevaba el maldito uniforme para nada,para que ellos,ni siquiera se dieran cuenta de ello.

Pidieron algunas cosas de la carta y mientras lo cocinaban,iba atendiendo a otros clientes. Cuando terminaron de cocinarlo, lo llevé a la mesa. Ellos quitaron la carta que estaba en la mesa para yo poder poner los platos,cuando me pasó la carta la madre,yo sin querer le di a Ángela con la carta en la nariz. Dios mío Dani,no quieres destacar y lo estas consiguiendo. Y encima la doy. Bien. No podría ir mejor.

- Oh,lo siento,lo siento - me preocupe por ella - me agaché hacia ella para ver si estaba bien.

- Nada,nada - dijo sin ni siquiera mirarme. Los nervios la consumían.

Mierda. Intentaba quedar lo mejor posible y estaba quedando lo contrario a eso. ¿Qué camarero te da con la carta en la nariz? Pues sí,yo, y encima a la chica que me gusta. Soy todo un ejemplo a seguir.

Fui otra vez a la mesa y le dejé una cosa en la mesa. Ella agachó la cabeza y vio que era un chupachups. Ángela me dio las gracias y yo la sonreí dándole un "masaje" en uno de sus hombros de dos segundos.

No sabía si lo había jodido más o había arreglado algo. Un chupachups no era gran cosa,pero quería pedirla perdón de alguna manera sin tener que usar las palabras. Tal vez lo había jodido. La había tratado como una niña pequeña. Darla un chupachups era una forma de pedir perdón a una niña pequeña,no a ella.

Intenté no pensar en aquello y seguir a atendiendo a otras personas,a ver si me iba a precipitar como antes y lo iba a joder más.

Cuando traía las cosas a la mesa Ángela ni siquiera me miraba. Parecía nerviosa. Debía de ser incómodo para ella.

El padre de Ángela me hizo una seña para que fuera hacia él.

- He pedido tres veces,dos cañas. Y no me lo traen. ¿Voy yo a por ella macho? Ya no sé que hacer - a parte de mi,había otra chica que trabajaba en la planta de Jesús y en la mía para ayudar. Tendría unos 27 años,pero no parecía enterarse de nada - Sé lo he pedido a la misma chica tres veces.

- Ahora mismo os lo traigo,lo siento de verás.

Así no empezaba muy bien el negocio. La madre de Calum estaba en la cocina. Se le daba de maravilla cocinar. Creo que debería de contarle que esa chica que ha contratado no la va a ayudar mucho. Es su primer día de trabajo y no es la primera critica que habían tenido sobre ella. También se había confundido de pedido. Me daba pena aquella chica,pero sino,no va a tener buena fama el restaurante.

Antes de contárselo a la madre de Calum,cogí las cañas y lo llevé a la mesa para que no esperan más. Después decidí contarle a Loli lo que creía que era correcto. Y ella me agradeció que se lo contara.

Más tarde les traje la cuenta en un móvil especial donde ibas marcando lo que cada mesa iba consumiendo.

- En total son 36,90€ - dije.

- ¿Cuánto? - dijo el padre de Ángela al no oírme.

Yo les acerqué el móvil para que vieran el precio.

- Más lejos hijo que ya de cerca no vemos - dijo la madre de Ángela.

Ángela y yo reímos y tuvimos una intensa mirada. Era la primera vez que nos mirábamos en el restaurante. La mirada fue corta,pero fue muy intensa. Por lo menos fue lo que sentí yo. Ella apartó la mirada para no levantar sospechas. Pero me encanto como me miró.

Al irse,casi me choco con Ángela mientras yo llevaba un plato para dejárselo a otro cliente. Esperé a que pasarán ellos primero y me despedí,ellos también lo hicieron pero Ángela esta vez,no me miró.

NARRA JESÚS

El mensaje me preocupó,sobre todo que quién fuera la chica o el chico que me había enviado el mensaje,sabía nuestros nombres y también que estábamos saliendo. Pero tras estar pensando,decidí no hacerlo caso. Ni siquiera sabía quién era. Podía ser un/a loco/a que se le había ido la cabeza por un momento. Quizás no volvería a tener un mensaje de eso. Y además,¿qué podría hacer sobre nuestra relación? Nada podría separarnos otra vez,estaba seguro de ello.

El destino - Jesús y Daniel (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora