Capítulo 63

517 29 6
                                    

NARRA DANIEL

Sabía que Ángela no era ella misma hasta que entraba en confianza debido a su timidez.

Me sentí mal por llevarla allí con mis amigos que no los conoce y más sabiendo como eran mis amigos de alborotados. Liarla era una sus aficiones. Así que después de que ellos se fueran,la invité a comer. Como recompensa o algo... No sabía que otra cosa hacer para pedirla una disculpa.

- Oye Dani. Tampoco te preocupes,que no pasa nada - me dijo Ángela,perdonándome por lo de antes. Ya íbamos por el postre. Estábamos comiendo un helado delicioso,era un nuevo McFlurry con brownie y nocilla,estaba realmente bueno.

- No sé Ángela... Yo me siento mal,no debería de haberte llevado con ellos.

- ¿Tú antes también eras así?

- ¿Así?¿Cómo?

- De alborotado digo.

- Sí... - afirmé avergonzado - antes,cuando me juntaba más con ellos,también era así,la liábamos a cada sitio que íbamos. Nos encantaba.

- ¿Qué cosas hacíais? - preguntó riéndose curiosa.

- Por ejemplo...nos encantaba colarnos en las discotecas. Si éramos todos unos rebeldes,pero como no llegábamos a la edad,nos colábamos por una puerta que había atrás y encima tampoco pagábamos. Está comprobado.

- ¿El qué esta comprobado?

- Que siempre hay más de una puerta en las discotecas,lo que se hace más fácil colarse. Como éramos muchos unos vigilaban por un lado y otros por otro. Yo o mi hermano,éramos los que nos atrevíamos abrir la puerta y cuando el segurata que estaba dentro de la discoteca se entretenía a hablar con alguien,porque la verdad es que su trabajo debe de ser muy aburrido. Y en ese momento aprovechábamos entrando poco a poco como podíamos.

- Pues que tontería,podíais entrar en una discoteca light y no tener que hacer todo ese rollo.

- Ya,pero a nosotros nos gustaba hacer todo ese rollo. Además,las discotecas son mucho más grandes que las light y cierran más tarde. Las light las cierras a las 10,eso es muy pronto,las discotecas cierran a las 6 de la mañana.

- Entiendo.

- Luego cuando conseguíamos entrar todos,nos partíamos de risa,por todo lo ocurrido. Comentábamos todas las anécdotas que habían pasado. Y después de todo eso,ya teníamos toda la noche,bueno y madrugada para divertirnos,nos lo pasábamos en grande.

- ¿Y qué te hizo no ser así? ¿Qué te hizo cambiar? No sé,ahora eres más maduro y eso me gusta - dijo ella mordiéndote el labio. Como siguiera mordiéndoselo me iba a dar algo - Vamos no es que seas un ángel,tienes tus puntos de alocado,pero me gusta más así. Sabes en que momento hay que estar más alocado y que momento debes estar más respetuoso. Cosa que tus amigos,con perdón,no saben lo que es.

Yo reí ante lo que dijo Ángela.

- Pero no todos mis amigos son así... Por ejemplo Dana y Matías son menos alborotados,sabes... que saben lo que hacen - dije - Y yo... bueno el paso por la voz pues me hizo madurar o más bien lo que tú dijiste antes. Realmente quería cantar,así que tenía que proponérmelo.

- Pues me gustas más así.

- ¡Pero si no has conocido al Dani rebelde! - me quejé entre risas.

- ¡Claro que sí! En clase,cuando nos toca hacer ese estúpido trabajo de lengua. Odio tanto los trabajos que nos mandan hacer. Qué tontería.

- Pues a mi no me pareció ninguna tontería. Fue un estúpido trabajo,sí. Pero si no hubiéramos hecho ese trabajo,tú y yo no nos habríamos conocido.

Ángela me miró fijamente y se sonrojó y finalmente bajó su mirada mirando su helado,que estaba vacío.

Los dos nos quedamos sin saber qué decir,ni que hacer. Estábamos completamente en blanco.

- Vámonos ya,que a estos no les hemos dicho nada de que comeríamos fuera - propuse refiriéndome a Calum,Irene,Jesús y Sandra.

Nos levantamos y yo apoyé mi brazo en sus hombros,haciéndola sonrojar más.

- Me encanta cuando te sonrojas. Con lo más mínimo que diga o haga,tus coloretes se ponen rojos.

- Oh,¿en serio? Qué vergüenza...- dijo ella tocándose sus mofletes.

- No tienes porque avergonzarte,es algo normal y además,a mí me gusta.

Ella miró hacia el suelo. Creo que no arreglaba nada con mis palabras y la estaba poniendo la cara roja,muy roja,como un tomate.

Salimos por la puerta y fuimos en dirección hacia la casa de Calum. Se nos estaban acabando las vacaciones. Ya sólo nos faltaba mañana para disfrutar de Mallorca y pasado mañana tenemos que coger el avión. Una pena...Me encanta estar aquí.

- Qué calor hace ¿no? - Ángela hizo un intento de abanicarse con la mano,pero no la sirvió de ayuda.

- Creo que eres tú,Ángela,porque yo estoy bien. ¿Algo te ha hecho entrar en calor? - bromeé.

- ¡Serás imbécil! - dijo riéndose - ¡Vas hacer que acabe roja como un tomate!

- Era broma,realmente hace calor.

- Qué creído eres.

- Todos los chicos lo somos.

- Has jodido toda la cita.

- Si de verdad la hubiera jodido no te estarías riendo como ahora,espera... ¿Has dicho cita? - dije parandonos en la puerta de la casa de Calum.

- Eh... - dijo sin saber que decir.

- A mí no me importaría nada que lo fuera - dije intentando ayudarla.

- Sí...yo...llamo cita a todas las quedadas.

- Es la peor excusa que oído en mi vida.

- ¡Hey! - dijo riéndose - anda entremos a la casa.

- Cambiando de tema,eeh.

- Enserio,entra ya - dijo intentando ponerse sería,pero no lo consiguió.

- Vale,dejémoslo en que era una cita - dije entrando en la casa de Calum y cerrando la puerta después de que Ángela entrará. Mierda. Tendría que haberla dejado pasar a ella primero. Qué caballero soy. Notese la ironía.

- ¡Oye! - dijo Ángela regañándome por la última frase que acababa de decir.

- Lo de la cita lo has dicho tú,no yo - no podía parar de sonreír. Debía reconocer que un poco cabrón sí que era.

El destino - Jesús y Daniel (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora